En su discurso de ayer, el primero en 6 meses ante un auditorio, el presidente sirio se negó a negociar con los rebeldes
Bachar al Assad no cede un palmo. En su discurso de ayer, el primero en 6 meses ante un auditorio, el presidente sirio se negó a negociar con los rebeldes y se refirió a la guerra civil que vive su país desde hace dos años como un “complot internacional” de Occidente y algunos países árabes.
Estados Unidos ha reaccionado calificando sus palabras como “un intento más de aferrarse al poder” y le ha vuelto a pedir que se vaya.
En Turquía, el ministro de Exteriores, Ahmed Davutoglu urge a la comunidad internacional a posicionarse:
“Ahora ha quedado claro que al Assad no va a moverse, así que la ONU tiene que tomar la iniciativa sobre la situación en Siria. La primera decisión tiene que centrarse en entregar al pueblo sirio la ayuda que necesita”
La oposición siria interpreta las palabras de Al Assad como una “declaración de que va a continuar la guerra contra su pueblo”, en palabras de George Sabra, número dos del principal grupo político opositor.