El Salvador sufre el feminicidio como ningún otro país en el mundo. Según un estudio recogido por Smalls Arms Survey, la tasa de muertes en 12 por cada 100.000 habitantes
Varias organizaciones internacionales han coincidio en que El  Salvador sufre el feminicidio como ningún otro país en el mundo. Según  un estudio recogido por Smalls Arms Survey, la tasa de muertes en 12 por cada 100.000 habitantes. Otro informe de un instituto brasileño lo ubica en primer lugar con poco más de 10, recogida por BBC MUNDO.  Se da la circunstancia de que El Salvador no es el primer país en homicidios, si no el segundo, por detrás de Honduras, el país más violento del planeta. 
Precisamente,  tener como vecino al país más violento del mundo, no favorece un clima  pacífico en El Salvador, que también limita con Guatemala, otro país  donde el narcotráfico y el tráfico de personas son el pan nuestro de  cada día. Pero hay más factores que propician la violencia contra las  mujeres en El Salvador. Por un lado las mujeres fueron utilizadas durante los años de la Guerra Civil (1980-1992) como arma contra el enemigo, además de ser violadas y  torturadas. Y por otro en el país ha existido una tradición de maltrato a  las mujeres que no se ha conseguido erradicar. El dato es  escalofriante: 25.000 mujeres informan cada año de malos tratos y de  violencia sexual. 
En los últimos años además las mujeres se  han incorporado a las pandillas y bandas callejeras. "La mayor parte de  las muertes de esas mujeres tiene relación con esos grupos, donde la  infidelidad se paga con la muerte", dice el ministro de Justicia. Los  datos además avalan esta tesis. La tregua acordada entre Mara  Salvatrucha y Barrio 18 ha reducido notablemente el número de muertes, 231 muertas en los primeros siete meses de 2012, 118 menos que en el mismo periodo de 2011. 
BOLIVIA, UNA MUJER ES ASESINADA CADA 48 HORAS
Siete de cada 10 mujeres sufren agresiones físicas, psicológicas o sexuales en Bolivia,  donde cada dos días una mujer muere en un asesinato,  una gravísima  situación a la que organizaciones civiles locales exigen  poner freno con  nuevas políticas integrales del Estado









