El presidente Barack Obama defendió el acuerdo nuclear con Irán como la mejor opción y retó a sus críticos a presentar una alternativa diplomática viable
El presidente estadounidense Barack Obama defendió hoy el acuerdo nuclear con Irán como la mejor opción y retó a sus críticos a presentar una alternativa diplomática viable o declarar de manera pública su apoyo a favor de una guerra.
Contrario a la percepción de los opositores, dijo Obama, Estados Unidos no tiene una palanca diplomática para impedir que Irán desarrolle un programa nuclear con fines civiles, “pero si la tenemos para evitar que tengan un arma (nuclear) y eso es lo que hemos hecho”.
“Reto a quienes objetan este acuerdo a que primero lo lean antes de comentar, y explicar en qué parte consideran que no previene a Irán de obtener un arma nuclear, y por qué ellos tienen la razón y gente como (el secretario de Energía) Ernie Moniz, con un doctorado en física nuclear, están equivocados”, agregó.
En rueda de prensa, el mandatario fue más allá al apuntar que “si la alternativa es que deberíamos forzar a Irán a cumplir mediante el uso de la fuerza, entonces esos críticos deberían decirlo, y eso sería un debate honesto”.
Señaló que el acuerdo descansa en elementos como el régimen de verificaciones impuesto a Irán, que calificó como vigoroso y sin precedente, “y un régimen de monitoreo que será perpetuo”.
El mandatario estadounidense reconoció que el acuerdo no resolverá otros temas sobre los que existen profundas diferencias con Irán, pero insistió que “ello no es razón para oponerse a este acuerdo”.
Rechazó que su administración esté satisfecha con la permanencia de cuatro ciudadanos estadounidenses detenidos por Irán bajo diversos cargos, pero desestimó la conveniencia de condicionar la aprobación del acuerdo a su liberación.
“Si la pregunta es porque no incorporamos su liberación a las negociaciones, hay que pensar en la lógica que ello crearía. Irán podría de pronto darse cuenta de que podrían obtener concesiones adicionales reteniéndolos”, dijo.
Bajo el acuerdo, Irán modificará el núcleo de su reactor nuclear en Arak, accediendo a almacenar fuera del país el combustible utilizado en la operación de este reactor, y comprometiéndose a no construir un nuevo reactor nuclear de agua pesada durante los próximos 15 años.
Irán desmantelará dos terceras partes de su infraestructura de centrífugas, las máquinas necesarias para producir uranio altamente enriquecido para producir armas, y se deshará del 98 por ciento de sus reservas de uranio enriquecido.
De igual manera, la Agencia Internacional de Energía Atómica (ENEA) tendrá acceso permanente a las instalaciones nucleares iraníes y a instalaciones sospechosas de conducir actividad nuclear.
Irán se comprometió igualmente a renunciar al desarrollo de armas nucleares bajo el Tratado de No Proliferación Nuclear.