Europa se vio interrumpida el lunes cuando algunos países impusieron controles sobre sus fronteras en respuesta a un flujo de inmigrantes sin precedentes
VIENA.-La era de dos décadas de libre circulación por Europa se vio interrumpida el lunes cuando algunos países impusieron controles sobre sus fronteras en respuesta a un flujo de inmigrantes sin precedentes.
La decisión sorpresa de Alemania de restaurar los controles fronterizos el domingo tuvo un rápido efecto dominó, obligando a los vecinos a cerrar sus propias fronteras mientras cientos de refugiados presionaban los límites del norte y el oeste de todo el continente.
Austria desplegó a su ejército para vigilar su frontera con Hungría después de que miles de inmigrantes cruzaran la frontera a pie durante la noche, llenando espacios de alojamiento temporales en tiendas de campaña y aparcamientos de estaciones de trenes.
"Si Alemania lleva a cabo controles fronterizos, Austria debe poner en marcha controles fronterizos más contundentes", dijo el vicecanciller, Reinhold Mitterlehner, en una rueda de prensa conjunta con el canciller Werner Faymann. "Ahora estamos haciendo eso".
Ambos dijeron que se desplegaría al ejército en labores de apoyo.
"El foco de la asistencia está en la ayuda humanitaria", dijo Faymann. "Pero también está, y me gustaría enfatizar esto, en apoyar los controles fronterizos donde sea necesario".
Eslovaquia dijo que también cerraría sus fronteras con Austria y Hungría.
LA MAYOR AMENAZA A SCHENGEN
Las medidas son la mayor amenaza al sistema de Schengen, que desde 1955 eliminó los controles fronterizos en toda Europa y se sitúa junto a la moneda única como uno de los logros transformadores de integración en el continente.
Los 26 países europeos del área Schengen cuentan con visados comunes y las fronteras entre ellos no están vigiladas. Las fronteras por las que se peleó durante siglos y que estrangularon al tráfico y al comercio hace sólo unos años, están ahora marcadas con poco más que unas señales en las autopistas del mayor bloque económico del mundo.
Pero las normas todavía prohíben a inmigrantes indocumentados viajar dentro de la zona, aunque deja pocos mecanismos para detenerlo.
Eso ha provocado el caos mientras cientos de miles de personas, incluidos refugiados de la guerra en Oriente Próximo, llegan a las fronteras del sur y del este del bloque y se dirigen a países más ricos y acogedores al norte y al oeste en busca de asilo.
Los ministros europeos de Interior estaban sosteniendo conversaciones ante la crisis, en las que Alemania, Francia y la Comisión - el Ejecutivo del bloque - intentaban superar la oposición de los estados del este para reubicar a 160.000 refugiados llegados a Italia, Hungría y Grecia.
Polonia dijo que estaba preparada para imponer controles si los inmigrantes llegaban a su frontera en gran número, y que cualquier decisión de la UE de imponer cuotas a los estados miembros para aceptar a refugiados sin su acuerdo llevaría a una crisis institucional.
"Sólo aceptaremos tantos refugiados como podamos permitirnos, ni uno más ni uno menos", dijo el primer ministro, Ewa Kopacz.
Un borrador de acuerdo también incluiría términos más contundentes sobre la necesidad de controles más estrechos sobre las fronteras externas del bloque, el registro rápido de llegadas y la deportación de aquellos sin solicitudes de asilo válidas, para ayudar a apaciguar a los países preocupados de que la reubicación de solicitantes de asilo pudiera atraer a más personas.
A los países dentro de Schengen se les permite reimponer controles fronterizos de forma temporal en emergencias, y ocasionalmente lo han hecho en el pasado, pero no de la forma desplegada el lunes.
La mayoría de los refugiados se han dirigido a Alemania, que anunció en agosto que suspendería la política de asilo de la UE para aceptar a los sirios que llegaran a cualquier punto de la UE, lo que creó un mayor incentivo para los inmigrantes que viajan a través del bloque.
El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, ha propuesto una fórmula para distribuir a refugiados en función de la fortaleza económica y la población de los países miembros. Los países podrán contribuir con dinero para no hacer frente a sus cuotas.
© Thomson Reuters 2015 All rights reserved.
La decisión sorpresa de Alemania de restaurar los controles fronterizos el domingo tuvo un rápido efecto dominó, obligando a los vecinos a cerrar sus propias fronteras mientras cientos de refugiados presionaban los límites del norte y el oeste de todo el continente.
Austria desplegó a su ejército para vigilar su frontera con Hungría después de que miles de inmigrantes cruzaran la frontera a pie durante la noche, llenando espacios de alojamiento temporales en tiendas de campaña y aparcamientos de estaciones de trenes.
"Si Alemania lleva a cabo controles fronterizos, Austria debe poner en marcha controles fronterizos más contundentes", dijo el vicecanciller, Reinhold Mitterlehner, en una rueda de prensa conjunta con el canciller Werner Faymann. "Ahora estamos haciendo eso".
Ambos dijeron que se desplegaría al ejército en labores de apoyo.
"El foco de la asistencia está en la ayuda humanitaria", dijo Faymann. "Pero también está, y me gustaría enfatizar esto, en apoyar los controles fronterizos donde sea necesario".
Eslovaquia dijo que también cerraría sus fronteras con Austria y Hungría.
LA MAYOR AMENAZA A SCHENGEN
Las medidas son la mayor amenaza al sistema de Schengen, que desde 1955 eliminó los controles fronterizos en toda Europa y se sitúa junto a la moneda única como uno de los logros transformadores de integración en el continente.
Los 26 países europeos del área Schengen cuentan con visados comunes y las fronteras entre ellos no están vigiladas. Las fronteras por las que se peleó durante siglos y que estrangularon al tráfico y al comercio hace sólo unos años, están ahora marcadas con poco más que unas señales en las autopistas del mayor bloque económico del mundo.
Pero las normas todavía prohíben a inmigrantes indocumentados viajar dentro de la zona, aunque deja pocos mecanismos para detenerlo.
Eso ha provocado el caos mientras cientos de miles de personas, incluidos refugiados de la guerra en Oriente Próximo, llegan a las fronteras del sur y del este del bloque y se dirigen a países más ricos y acogedores al norte y al oeste en busca de asilo.
Los ministros europeos de Interior estaban sosteniendo conversaciones ante la crisis, en las que Alemania, Francia y la Comisión - el Ejecutivo del bloque - intentaban superar la oposición de los estados del este para reubicar a 160.000 refugiados llegados a Italia, Hungría y Grecia.
Polonia dijo que estaba preparada para imponer controles si los inmigrantes llegaban a su frontera en gran número, y que cualquier decisión de la UE de imponer cuotas a los estados miembros para aceptar a refugiados sin su acuerdo llevaría a una crisis institucional.
"Sólo aceptaremos tantos refugiados como podamos permitirnos, ni uno más ni uno menos", dijo el primer ministro, Ewa Kopacz.
Un borrador de acuerdo también incluiría términos más contundentes sobre la necesidad de controles más estrechos sobre las fronteras externas del bloque, el registro rápido de llegadas y la deportación de aquellos sin solicitudes de asilo válidas, para ayudar a apaciguar a los países preocupados de que la reubicación de solicitantes de asilo pudiera atraer a más personas.
A los países dentro de Schengen se les permite reimponer controles fronterizos de forma temporal en emergencias, y ocasionalmente lo han hecho en el pasado, pero no de la forma desplegada el lunes.
La mayoría de los refugiados se han dirigido a Alemania, que anunció en agosto que suspendería la política de asilo de la UE para aceptar a los sirios que llegaran a cualquier punto de la UE, lo que creó un mayor incentivo para los inmigrantes que viajan a través del bloque.
El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, ha propuesto una fórmula para distribuir a refugiados en función de la fortaleza económica y la población de los países miembros. Los países podrán contribuir con dinero para no hacer frente a sus cuotas.
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