Fin de año sin su papá
Bajo el arbolito de Navidad, la pequeña Jasmine encontró algunos pocos regalos, la muñeca que tanto quería, los pinceles y marcadores para entretenerse en su actividad favorita, y algo de ropa nueva para estrenar.
Lo que no vino en la bolsa de Santa Claus, fue el regalo más grande que Jasmine le pidió en esta Navidad: que su papá, que fue deportado, regresara al hogar.
Y es que en la familia de Jasmine García, de 5 años de edad, la ausencia del padre ha opacado la alegría de las celebraciones, una alegría que, según su madre Celina Cabrera, retornará con el regreso de su esposo Fernando García Reyes, quien fue deportado el 22 de junio del 2007.
La noche del 24 de diciembre, una chispa de alegría iluminó el hogar de los García.
Fue la llamada telefónica que conectó a Jasmine con su padre.
"Desde que ella era pequeñita fue muy unida con su padre y lo extraña mucho", dijo Celina, de 24 años de edad, quien llegó a Joliet a los 4 años, oriunda de Guanajuato.
Ansiosa pregunta
La emotiva conversación entre Jasmine y su padre giró en torno a la misma y ansiosa pregunta: "¿Cuándo vienes, papá?"
Desde que Fernando García fue deportado, le ha sido difícil encontrar un trabajo estable como para enviar el sustento a su familia compuesta por Celina y sus dos pequeñas hijas Jasmine y Guadalupe, de 22 meses de nacida.
La voz entristecida de Celina no sólo se debe a la ausencia de su esposo, o que de pronto se convirtió en padre y madre para sus hijas, sino que hace dos meses perdió su trabajo.
"Antes vivíamos como una familia, y de un momento a otro me quedé sola con mis hijas, aunque con el apoyo de mis padres con quienes vivo y quienes me ayudan de alguna manera", dijo Celina, quien trabajaba en el restaurante de la Universidad National Louis.
Fernando trabajaba en construcción, viajando de Joliet a Iowa continuamente, hasta su deportación.
En esos momentos, Celina no sabía que estaba embarazada de Lupita, y superando el impacto de las circunstancias, trató de investigar acerca del caso de su esposo y las posibilidades de asegurar su estadía, pero su lucha fue infructuosa. "No tenía dinero para pagar la fianza ni para un abogado", dijo la joven madre.
"Después que nació mi bebé, junté el dinero de la devolución de impuestos y viajé con mis dos niñas a Iowa donde se encontraba detenido, para que mi esposo pudiera conocer a mi segunda hija", dijo Celina
"Batallo mucho con el dinero, desde que el 29 de octubre me corrieron del restaurante, ya iba a cumplir dos años ahí; era un buen trabajo", añadió.
Pide ayuda
Celina pidió a los Santos Reyes, la ayuda legal gratuita para explorar la posibilidad de traer de vuelta a su esposo.
"Yo solamente pido que alguien me dé trabajo", agregó.
Mientras tanto, Jasmine, quien estudia en el Kindergarten de la escuela Woodland, en Joliet, espera que los Reyes le traigan los juguetes de Hanna Montana con los que sueña. "Pero lo que en realidad pide siempre, es que vuelva su papá", dijo Celina.