Un mundo con menos contaminación: intentarán acordar por una reducción drástica de los gases contaminantes.
Las delegaciones de 192 países se reúnen desde hoy en Dinamarca, donde por lo menos intentarán acordar por una reducción drástica de los gases contaminantes que crean el cambio climático.
El mundo entero converge desde el lunes hacia Copenhague, convertida en la capital mundial del clima, donde se dirimirá durante dos semanas la mayor cita del planeta, por su magnitud y sus desafíos. Los delegados de 192 países, entre ellos un centenar de jefes de Estado que llegan los 17 y 18 de diciembre, deben hallar un acuerdo que permita limitar la disparada del termostato mundial, y evitar graves desarreglos climáticos que afectarían a las poblaciones más desfavorecidas.
Para presionar a los delegados, numerosas ONG ya están batallando en la capital danesa: mientras sus expertos están en el Bella Center, sede de la conferencia, sus militantes están listos para llevar a cabo espectaculares acciones que atraigan sobre Copenhague la atención del mundo. El barco de Greenpeace 'Arctic Sunrise' estaba anclado este domingo ante el Parlamento danés, con una banderola: "Our climate, our future, your decision" ("Nuestro clima, nuestro futuro, vuestra decisión").
Paralelamente a la cumbre se celebrará un foro alternativo de unos 10.000 participantes cerca de la estación central de tren, donde las actuales víctimas del cambio climático, en Bangladesh, Nigeria o Groenlandia, darán testimonios sobre sus vidas, ya afectadas por un alza de 0,8°C registrada en un siglo.
También se anuncia histórico el acontecimiento para la policía danesa: más de la mitad -al menos 6.000- de sus efectivos ya están movilizados y podrían aumentar hasta un 85%.
El objetivo de la cumbre -limitar el alza de temperaturas a +2°C- ya parece muy poco realista, teniendo en cuenta los compromisos de los principales actores de la negociación.
Un estudio publicado el sábado por la ONG científica alemana Climate Analytics, afirma que en el estado actual de las negociaciones, el aumento podría ser de +3,5°C de aquí a finales del presente siglo.
El precio a pagar sería un derrumbe de las produccciones de cereales, masivas extinciones de especies, elevación de los océanos, y la migración forzada de centenares de millones de personas, expulsadas de sus hogares por las inundaciones, las sequías o la escasez.
Para evitarlo, el acuerdo de Copenhague debe optar por una reducción drástica de los gases contaminantes provocados por la combustión de energías fósiles (petróleo, gas, carbón), y dividirlos por dos respecto a 1990 de aquí a 2050, según científicos del IPCC, un panel de expertos creado por la ONU.