Que no se invente ante el dolor
Por Bolivar Balcacer
La noticia que recibimos del devastador terremoto que ha sacudido al hermano pueblo haitiano nos preocupa grandemente, nos preocupa por el desastre, nos preocupa por los miles de hermanos haitianos que han perdido su vida, nos preocupa por la pobreza que se acrecienta pero más nos preocupa porque ese acontecimiento fatídico de la naturaleza, también nos arropa a nosotros los dominicanos que tendremos que acoger al hermano caído, por lo tanto el terremoto de Haití se ha de convertir en un terremoto humano que tendremos que absorber los dominicanos, con la ingerencia de algunas naciones que aprovecharán el problema para que quisqueya se ponga el ataúd acuesta a como de lugar, y las cartas marcadas son perfectas en este momento para que ese plan se ejecute sin dilación, aprovechando el lado humano y sentimental del isleño.
Esa parte con la cual tendrá que lidiar “esa cosa que tenemos”, que se llama gobierno, es solo una parte de lo que estamos viendo, hay otra que necesitamos se ponga en perspectiva también, es el caso de que algunos trepadores, aprovecharán el dolor de Haití para inventar maratones, tele maratones, comisiones, grupos, cuentas de bancos y cuantas diabluras puedan generarle dinero para su propio beneficio.
Pienso que esas comisiones que ya comienzan a formarse de manera independiente en New York donde hay dominicanos buscando ventaja, sea observada con atención por las autoridades y que se creen comisiones sólidas y creíbles para poder hacer un trabajo conciente, que permita que las ayudas solidarias lleguen realmente a los damnificados y que no pase tal cual aconteció con el caso de Jimani que aun hoy se desconocen muchos detalles, sobre todo de los chelitos que se colectaron y que nunca se ha dado un informe oficial del destino de los mismos, por lo tanto si se descubre algun mamotreto la justicia debe actuar sin contemplación.
Algo más a tomar en cuenta es la burocracia que siempre reina en aduana en estos casos donde se dilatan las órdenes para luego hacer desaparecer los recursos que ponen a dormitar sin razón alguna, sobre todo fulgones con alimentos, ropas, agua y medicinas entre otras cosas.
Hoy en una comunicación telefónica con el apóstoles Frank Almonte y el Dr. Ricardo Reyes, le manifesté mi inquietud en el sentido de que ellos no envíen nada a dominicana para que llegue a Haití desde sus templos, sino que se dirijan directamente a Haití luego de indagar con los epidemiólogos dominicanos la situación, solo así ellos podrán tener control de lo que donarán, evitando el latrocinio y el oportunismo en casos de calamidad como el que estamos viendo por todos los flancos informativos.
Hay que ayudar al pueblo haitiano, hay que tender la mano con firmeza pero no pescar en rió revuelto para sacar pingues beneficios sobre todo si de dólares se trata, así que ojo para que no seamos engañados por los creadores de comisiones fantasmas, sobre todo en new york donde hay dominicanos especialistas en vender sueños y marear a la gente.