Opositores se internan en bunker Gaddafi
La ciudad subterránea de Muamar Gadafi no era sólo un rumor. El laberinto del líder libio existe y está dotado de un búnker con dormitorios climatizados, carritos de golf o máscaras antigás. Dos días después de tomar el complejo presidencial de Bab al-Aziziya, los insurgentes comienzan a explorar la red de túneles que se extiende bajo el que fuera el cuartel general del líder libio.
Bajo suelo, la electricidad está cortada. Kilómetros y kilómetros de túneles y salas se suceden, un auténtico laberinto al que se accede a través de trampillas disimuladas por todas partes, una en medio del césped del complejo presidencial, la otra en el pasillo de un edificio casi calcinado.
Los túneles, oscuros y con techos bajos, contienen además un búnker que según dijeron los rebeldes a los periodistas sirvió de refugio a Gadafi en algún momento de los seis meses de conflicto. Está repleto de escombros, ropas, comida... Incluso cartas dirigidas a uno de los hijos de Gadafi.
na amplia sala contiene decenas de ordenadores, alineados sobre mesas; la siguiente sala, estanterías repletas de discos duros y una tercera enormes servidores informáticos. "Pueden contener informaciones importantes, hace falta registrar todo eso", afirma un rebelde que hace salir rápidamente a los curiosos.
Un poco más lejos, el laberinto subterráneo contiene dormitorios -objeto de los saqueos, como el resto del laberinto- con camas deshechas o incluso colchones destripados. En el techo, aparatos de aire acondicionado.
Según un reportero de Al Yazira que ha recorrido parte del laberinto, se cree que esta red subterránea tiene auténticas carreteras capaces de llevar vehículos a 30 km de la ciudad.
Los insurgentes todavía están explorando a dónde conducen estos túneles, con mucho cuidado porque temen que en algunos de ellos los gadafistas puedan tenderles una trampa. Tal vez, uno de ellos fue la vía de escape para Gadafi.