La guerra en Irak llega a su fin
El último convoy con soldados estadounidenses salió de irak el domingo. Es el fin de 9 años de guerra en el que murieron más de 4.500 militares de Estados Unidos.
La guerra iniciada en marzo del 2003, cuando los misiles cayeron sobre Bagdad para derrocar al entonces presidente Saddam Hussein, se cierra con una frágil democracia que aún lucha contra los insurgentes, afronta tensiones sectarias y el reto de definir su lugar en una región árabe en plena convulsión.
La columna final de unos 100 vehículos blindados resistentes a las minas MRAP que llevaba unos 500 soldados rodó por el desierto del sur de Irak desde su última base en plena noche y hasta el amanecer a lo largo de una autopista vacía hacia la frontera kuwaití.
Haciendo sonar las bocinas, los últimos 25 camiones y tráileres que llevaban tanques Bradley cruzaron la frontera en la madrugada del domingo y sus tripulantes saludaron a otros soldados en el camino.
"No puedo esperar para llamar a mi mujer y a mis hijos para que sepan que estoy a salvo", dijo el sargento de primera clase Rodolfo Ruiz cuando la frontera estaba a la vista. Poco después, le dijo a sus hombres que la misión había terminado: "Hey chicos, lo lograron", agregó.
Para el presidente estadounidense, Barack Obama, la retirada supone cumplir su promesa electoral de devolver a los soldados a casa tras un conflicto heredado de su predecesor, la guerra más impopular desde la de Vietnam y que ha manchado la reputación de Estados Unidos en todo el país.
Sin embargo, para los iraquíes supone una sensación de soberanía atemperada por los temores persistentes a que su país pueda volver a hundirse en el tipo de violencia sectaria que casi provocó una guerra civil entre 2006 y 2007.