La Virgen de Guadalupe y el paso en la moda
Mafud, Christian Lacroix, Jean Paul Gaultier y Distroller son algunas de las firmas y marcas que han retomado este icono sociocultural para integrarlo en la industria de la moda.
En un afán de comunicación y adorno, el fenómeno de la moda se reinventa en una constante y a su vez nosotros lo reinventamos de igual manera, así los diseñadores retoman significados culturales para transmitirlos desde su visión y ofrecerlos a un público que se sentirá identificado con las propiedades físicas del producto.
Tal es el caso de la Virgen de Guadalupe en la cultura mexicana, icono que ha sido fuente de inspiración y ha significado el éxito para varias firmas y marcas entre las que se encuentran, Distroller, Jean Paul Gaultier, Christian Lacroix, Ed Hardy, Pupa, Dolce & Gabbana, Andrés Sardá, Calavera y Jean-Charles de Castelbajac.
La Virgen de Guadalupe es el símbolo del nacimiento de una nueva sociedad en México durante la Conquista, vínculo de energía para la adhesión del pueblo a la fe católica y un instrumento de unidad nacional, en un momento histórico donde el pueblo mexicano sufría de ruptura social.
Durante esta época, la cultura mexicana fue arrebatada de sus tradiciones dada la implementación del nuevo evangelio por medio de los misioneros españoles. El miedo a la pérdida de la identidad cristiana provocó que muchos aspectos y tradiciones de la cultura mexicana fueran omitidos, privando al pueblo de su identidad nacional y fragmentando al país. Es así como el Nican Mopohua (documento donde se narra la aparición de la Virgen de Guadalupe) llega a ser símbolo de liberación para un pueblo oprimido.
La Virgen de Guadalupe ofrece a la sociedad mexicana ser símbolo de protección, esperanza y fe. Y ésta llega a fusionar y ocupar el lugar de todas las deidades aztecas previamente ignoradas, mediante la asociación de los conceptos emocionales, expresivos, y estilísticos de éstas.
Es así como los valores incluidos en la figura son parte fundamental para que un producto se arraigue entre los consumidores. Tal fue el caso de Distroller, marca que ofrece desde dulces hasta joyería con la imagen de la virgen de Guadalupe, su diseñadora Amparín Serrano expresa valores arraigados en el pueblo mexicano como la esperanza, la protección, la fe y el matriarcado.
La creativa lo reinterpreta de una manera divertida y despojando a la imagen de su naturaleza sacra. Esto se hace explicito tanto en las propiedades físicas de los productos, como en las leyendas escritas en los artículos como: “Virgencita plis cuídame” y los colores vivos tradicionales del país, creando nuevos significados colectivos para los consumidores, quienes obtienen los artículos de la marca por las similitudes que los identifican culturalmente, pero que por estatus los distinguen de los demás mexicanos.
Otras firmas como Jean Paul Gaultier, Mafud y Christian Lacroix han eludido a la imagen para plasmarla en piezas de alta costura y de igual manera tomar ese significado cultural para transmitirlo desde su propia experiencia y compartir con los consumidores ésta.