El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, rechazó que su Gobierno haya bajado la guardia en la lucha contra las FARC
Colombia. -- "Aquí no hay ningún tipo de bajada de guardia por cuestiones de posibles diálogos, eso no existe", dijo Santos tras un consejo de seguridad que encabezó en Florencia, la capital del conflictivo departamento sureño del Caquetá.
El gobernante hizo mención de una escalada de ataques de las FARC en una parte de la frontera noreste de su país con Venezuela y que del viernes al sábado pasados dejó, en cinco acciones, tres civiles muertos y dos policías heridos.
Algunas versiones periodísticas aseguran que la arremetida rebelde se corresponde con la presencia en la zona de "Timochenko", alias de Rodrigo Echeverry, designado jefe máximo de las FARC el pasado noviembre, en sustitución de Guillermo León Sáenz ("Alfonso Cano"), muerto en combate por la misma época.
Además de las versiones, "Timochenko" envió a Santos el pasado lunes una carta en la que le propone retomar la agenda del fracasado proceso de paz que su guerrilla mantuvo de finales de 1998 a comienzos de 2002 con el Gobierno del ahora expresidente conservador Andrés Pastrana.
"Mi solicitud muy sincera es que dejemos de especular, dejemos de hablar que vamos a iniciar unas cartas epistolares con la guerrilla para ver realmente en qué términos podría darse esta paz o qué vamos a negociar aquí o por fuera", pidió Santos.
"Son especulaciones que lo único que hacen a la larga es dificultar cualquier futuro proceso", continuó el jefe del Estado, quien reiteró que "las puertas del diálogo no están cerradas con llave y esa llave no está en el fondo del mar".
Sin embargo, "para que ese diálogo se inicie necesitamos hechos verdaderos, contundentes y convincentes de la voluntad de la contraparte para llegar a un acuerdo de paz y eso no se ha presentado, no está presente, no lo hemos visto", expresó Santos.
El presidente colombiano observó que la instrucción que el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, da a las fuerzas de seguridad es la de que mantengan y acrecienten la presión militar sobre los grupos armados ilegales.