One Goh, el acusado de matar a siete personas en el colegio religioso en Oakland, California, no parece estar arrepentido
One Goh, el acusado de matar a siete personas en el colegio religioso en Oakland, California, no parece estar arrepentido, de acuerdo con Howard Jordan, jefe de la policía de la ciudad.
Jordan declaró que el longevo estudiante de 43 años confesó a las autoridades que estaba molesto por haber sido expulsado de la Universidad de Oikos y que las actitudes de administradores y estudiantes hicieron que no sintiera “un trato justo”.
El jefe policial dijo a CNN que los investigadores piensan que la mañana del ataque, el hombre entró en el edificio del complejo universitario y tomó por rehén a una recepcionista.
Goh retuvo a la mujer en un salón, disparó contra la secretaria y ordenó a los estudiantes quedarse alineados contra la pared. Como alguno no cooperaron, el acusado empezó a dispararlos, en una ejecución calculada y a sangre fría, según explicó Jordan.
Después del tiroteo, el hombre salió del aula, volvió a cargar su arma semiautomática y regresó para disparar contra otras áreas de la escuela.
Con excepción de la secretaria, todas las víctimas fueron estudiantes. De los fallecidos, seis eran mujeres y uno era hombre, pero Jordan dijo que los investigadores no saben si Goh tenía como objetivo a las mujeres. Los fallecidos tenían entre 21 y 40 años, y procedían Corea, Nepal, Nigeria y Filipinas, entre otros.
El hombre, de origen coreano, fue arrestado poco después del ataque, cuando se entregó a la policía en una tienda de abarrotes en Alameda, un suburbio de Oakland. El sospechoso no opuso resistencia en la detención, señaló Howard Jordan: “Estaba muy cooperativo, muy natural, muy tranquilo”.
El centro atiende a la comunidad cristiana, pero también cuenta con estudiantes de otras creencias. Ofrece licenciatura en Teología, Música, Enfermería y Medicina asiática, según su página de internet.
Art Richards, testigo del suceso, grabó la escena desde fuera de la universidad cuando esperaba a recoger a un amigo y pensaba que el revuelo era fruto de un accidente automovilístico. El testigo dijo que una mujer, a la que le faltaba un pedazo de su brazo, apareció de entre los arbustos y le dijo que le habían disparado.
El pastor cristiano Jong Kim, fundador de la escuela, confesó al Oakland Tribune que Goh había estudiado Enfermería en el centro y que estaba endeudado y con varios embargos preventivos sin pagar.
Jean Quan, alcaldesa de Oakland, dijo que la mayoría de las víctimas pertenecen a la comunidad coreanoestadounidense de la ciudad, y que el estado conseguirá abogados multilingües para ayudar a los sobrevivientes.
Jerry Brown, gobernador de California, calificó los asesinatos como algo “impactante y triste. Nuestras condolencias están con las víctimas, sus familiares y amigos, y con toda la comunidad afectada por este absurdo acto de violencia”, dijo Brown en un comunicado.
El secretario de Educación de Estados Unidos, Arne Dunca, dijo que se encontraba “entristecido” por enterarse de la “violencia absurda y la pérdida de vidas” en la universidad.
La comunidad llevará a cabo el funeral por las víctimas en la Iglesia Metodista Coreana este martes por la noche.
Sara Weisfeldt, Matt Smith, Alan Duke, Paul Vercammen, Dan Simon y Augie Martin, de CNN, contribuyeron a este reporte.