Ozzie Guillén ofrecerá rueda de prensa esta noche en Miami en busca de 'solución'
Desde Philadelphia, el mánager de los Miami Marlins indicó que regresará a la ciudad después del juego de esta noche para ofrecer una rueda de prensa. "Quiero que la gente me vea a los ojos y a la cara para que vea qué es lo que está pasando", dijo Guillén.
El venezolano ha vivido unos días agitados después de la que la revista Times lo citara diciendo que ama a Fidel Castro. Como representante de un equipo de Miami, lo esperado sucedió: la enervación de una inmensa comunidad cubano americana que tomó las declaraciones como una ofensa.
El representante de los Marlins reaccionó enseguida e indicó que rectificaba y se disculpaba por sus primeras declaraciones. Pero sí dijo que "respetaba a Fidel Castro" porque es un hombre que ha sobrevivido cuando muchos lo intentaban matar.
Su rectificación, sin embargo, no sólo no fue suficiente sino que pareció ahondar el desencanto de los aficionados, principalmente latinos, del equipo. Los Marlins difundieron el fin de semana un comunicado en el que dice que no hay "nada que respetar" acerca de Castro, y lo califica como un "dictador brutal".
El impacto de las declaraciones ha generado que varios aficionados de los Marlins pidan la cabeza de su mánager y han llamado al boicot.
Incluso, una de los comisionados de Miami-Dade, Joe Martínez, ha pedido la renuncia de Ozzie Guillén y el apoyo a esta moción por parte de "todos quienes han sufrido la crueldad de la violación de los derechos humanos en cualquier parte del mundo". Martínez calificó como un "insulto a los ciudadanos de Miami-Dade" las expresiones del venezolano.
El caso Ozzie Guillén emerge como una evidencia de, por un lado, las malas relaciones del equipo con la comunidad cubana; y, por el otro, la confrontación de la institución con las autoridades de Miami-Dade. Desde el anuncio de la construcción del nuevo estadio, la municipalidad de la ciudad y los Marlins entraron en conflicto por varios temas. El más sonado y problemático: los parqueaderos.
Sobre el mismo aspecto, los más afectados fueron casualmente las personas de La Pequeña Habana, comunidad de símbolo cubano en Miami.
El hecho también refleja una pobre gestión de relaciones públicas de los Marlins. Si bien Guillén es una voz oficial del equipo, la sensación para muchos es que no fue asesorado al momento de rectificar sus primeras declaraciones en la revista Times, ni tampoco al momento de disculparse por las mismas. Expandido el problema, los Marlins hicieron un comunicado de prensa para salvar el nombre institucional y resguardar su inverisón pero en ningún momento "protegieron" a su mánager ante la polémica. Tampoco valoraron sus disculpas ni pretendieron redactar comunicados conciliadores.
Así, la impresión es que Guillén queda solo ante ola que, si bien fue generada por él, a quienes él representa tampoco colaboraron para que las tensiones no crezcan. Es más, de algún modo contribuyeron para germinar, ya desde el tema del estadio y los parqueaderos, un malestar que ante cualquier chispa incendiaría la casa.
Y ese incendio parece haber llegado tras las controvertidas e imprudentes declaraciones de Ozzie Guillén.
"Estoy apenado. Me siento culpable porque esto no me ha dejado dormir en tres días. Sólo mi esposa sabe lo mal que he estado. Me siento muy culpable, triste y apenado. Cualquier que quiera estar allí (en la rueda de prensa), está invitado. Yo quiero estar ahí en persona y quiero que el pueblo cubano entienda lo que voy a decir porque todo lo que voy a decir es verdad", comentó Guillén.
Mañana a las 10h30 sabremos su verdad y si este incidente lo pone más cerca de su destitución de los Marlins que de una reconciliación con la comunidad cubano americana de Miami.