Publicado El:Monday, December 24, 2012
Posteado Por MisterDj1
NEWTOWN, Connecticut, Una Navidad bajo la sombra que cubre este poblado desde la pesadilla que ocurrió en la escuela primaria Sandy Hook
NEWTOWN, Connecticut, EE.UU. (AP) -- Campanas, luces y regalos siempre han indicado la llegada de la Navidad, pero en esta ciudad, este año, las campanas parecen tañer en señal de duelo. Las luces más brillantes provienen de los vehículos de televisión con equipos de transmisión vía satélite.
¿Los regalos? Algunos lugareños han insinuado que en esta triste temporada decembrina los regalos y otros rituales deberían cancelarse.
¿Es posible festejar la Navidad bajo la sombra que cubre este poblado desde la pesadilla que ocurrió en la escuela primaria Sandy Hook? La respuesta, de cierta forma, es sí.
El espíritu navideño ha salido adelante, incluso aquí, donde la gente observa las luces y escucha las campanas como nunca antes. Esta vez se recuerdan qué regalos son los que son invaluables en verdad.
Un regalo especialmente valioso ha sido la efusión de solidaridad después de la tragedia.
La edición semanal del diario Newtown Bee's dedicó dos páginas completas a mensajes solidarios y oraciones provenientes de todo Estados Unidos, Gran Bretaña, Sudáfrica y muchos otros lugares, entre ellos Noruega, que sufrió la pérdida de 77 vidas inocentes en una matanza el año pasado.
Justo después del tiroteo, muchos eligieron apagar las luces de colores que parpadeaban frente a sus hogares desde principios de diciembre.
Durante la noche en la que la víspera de Nochebuena se convertirá en la Navidad, cuando suenen las 12 campanadas desde la cúpula del edificio del Ayuntamiento, habrá una noche silenciosa en la avenida principal de Newtown, donde muchas veces sonaron las sirenas de la Policía para detener el tránsito vehicular y permitir el paso de cortejos fúnebres.
Pero el tañer familiar de las campanas también indicará que puede haber paz y que esta ciudad puede seguir adelante.
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Los periodistas de The Associated Press John Christofferson, Eileen Connelly, Pat Eaton-Robb y Seth Wenig contribuyeron para este despacho.