Vladimir Putin firmó el una ley que prohíbe a los estadounidenses adoptar niños rusos, oficializando la legislación menos de 24 horas después de que su oficina la recibió del Parlamento
El presidente ruso Vladimir Putin firmó el una ley que prohíbe a los estadounidenses adoptar niños rusos, oficializando la legislación menos de 24 horas después de que su oficina la recibió del Parlamento. Aunque algunos funcionarios destacados del gobierno que incluyen al ministro de exteriores se opusieron abiertamente al proyecto de ley y el mismo Vladimir Putin no se había comprometido la semana pasada, el mandatario la firmó menos de 24 horas después de que la recibió del Parlamento, donde ambas cámaras la aprobaron abrumadoramente.
La ley que prohíbe adoptar niños rusos a estadounidenses también pide la clausura de organizaciones no gubernamentales que reciben financiamiento de Estados Unidos si sus actividades son clasificadas como políticas, una amplia definición que muchos temen que pueda ser aprovechada para cerrar ONGs que ofendan al Kremlin.
No está claro inmediatamente cuándo entrará la ley en vigor, pero la agencia de noticias Interfax citó al vocero presidencial Dmitry Peskov, quien dijo que "en la práctica, las adopciones se detienen el 1 de enero".
Pavel Astakhov, defensor de los derechos de los niños, dijo la semana pasada que 46 infantes que iban a ser adoptados en Estados Unidos se quedarán en Rusia si la ley entra en vigor.
La ley ha generado indignación entre los estadounidenses y los rusos, porque consideran que victimiza a los niños con el fin de defender un punto político, y cortaría a miles de infantes una ruta para escapar de orfanatos frecuentemente deprimentes. Apenas minutos después de que Putin firmó la ley, el tema era uno de los principales en Twitter bajo la etiqueta "PutinComeNiños".
El UNICEF calcula que hay unos 740.000 infantes en Rusia sin custodia de sus padres, al tiempo que unos 18.000 rusos se encuentran en lista de espera para adoptar un niño. Más de 60.000 niños rusos han sido adoptados en Estados Unidos en las últimas dos décadas. Rusia ha sido durante años la fuente más grande de niños adoptados por estadounidenses.
Históricamente, los rusos han sido menos entusiastas para adoptar que la mayoría de las culturas occidentales.
Lev Ponomarev, destacado activista ruso de los derechos humanos, evidenció esa renuencia cuando dijo que los legisladores que votaron por la ley deberían poner bajo su custodia a los niños que iban a ser adoptados.
"La responsabilidad moral descansa en ellos", dijo a Interfax. "Pero no creo que ni un solo niño vaya a ser criado por los legisladores de la Duma".
La ley es en respuesta a una medida firmada este mes por el presidente Barack Obama que contempla sanciones contra los rusos acusados de violaciones a los derechos humanos.