La Oposición y el chavismo se cayeron a golpes en el único sitio en el que todavía se hablaban y eso amenaza con complicar aún más el panorama político en Venezuela.
Oposición y el chavismo se cayeron a golpes en el único sitio en el que todavía se hablaban y eso amenaza con complicar aún más el panorama político en Venezuela. Este martes, una trifulca en el pleno de la Asamblea Nacional dejó once diputados heridos (siete opositores, cuatro oficialistas) en una pelea inédita en la historia política venezolana reciente que muestra lo frágil que es la siempre tensa convivencia entre la oposición y el gobierno. Desde las presidenciales del 14 de abril la violencia política parece estar permanentemente apunto de estallar, pero algo siempre la contiene. Ha habido episodios, incluso con muertes atribuidas a manifestaciones convocadas por la oposición. Pero ese estallido final y definitivo no se produce, al menos no con la intensidad arrasadora que algunos presagian, pero en el proceso la gobernabilidad del país se complica. Los golpes en la Asamblea la complican todavía más, porque es difícil imaginar cómo podrán aproximarse ambos sectores luego de esta golpiza, que desbarata un espacio institucional que se supone consagrado al diálogo. La trifulca hizo recordar a muchos que Diosdado Cabello, advirtió recientemente a la oposición que el desaparecido presidente Hugo Chávez era su "muro de contención", en unas palabras que sonaron a amenaza para algunos. Aunque algunos consideran que el tono de Cabello es más una bravuconada que una amenaza real, otros destacan como ilustra un preocupante deterioro del discurso político venezolano. Y como el discurso puede preceder a la acción. Como en toda pelea –callejera o, como en este caso, de salón- determinar quién pegó más, o más duro o primero, es difícil de establecer. Las "pruebas" en video mostradas nunca podrán abarcar el momento justo en el que se inició todo. Y siempre quedan expuestas a interpretaciones parcializadas. Lo grave es que el recurso a la violencia entre los representantes de la ciudadanía puede reflejar el estado de cosas en las calles de Venezuela, donde las tensiones podrían terminar de aflorar incontrolables a medida que la crisis y las divisiones se profundizan. Carlos Chirinos, BBC Mundo