Miles de inmigrantes reclamaron hoy desde Nueva York, en el Día Internacional de los Trabajadores, el fin de las deportaciones y la aprobación de una reforma migratoria
Marcha de inmigrantes reclamaron hoy desde Nueva York, en el Día Internacional de los Trabajadores, el fin de las deportaciones y la aprobación de una reforma migratoria que les permita legalizar su estatus, un reclamo en línea con el escuchado en muchas otras ciudades del país.
El evento, frente a la Alcaldía de Nueva York, se realizó bajo fuerte vigilancia policiaca, ya que fue el primer evento masivo que se realiza en la Gran Manzana después de los atentados en Boston, ocurridos el pasado 15 de abril.
Los policías se colocaron a lo largo del trayecto de la manifestación, alrededor de la plaza y el patio de la Alcaldía, separados por una verja de los manifestantes, y cerca de las estaciones del metro.
"Somos uno" y "El tiempo es ahora" gritaron los inmigrantes de diversos países, que portaban banderas de diferentes lugares y carteles con mensajes de "fin a las deportaciones" o "Grupo de los 8, plan injusto" en referencia a la propuesta de reforma migratoria que presentó un grupo bipartidista de congresistas.
"Su lucha por derechos, por dignidad, por ser respetados es también nuestra lucha", fue el mensaje de los sindicatos, liderados por la poderosa AFL-CIO, a los inmigrantes y otros trabajadores que acudieron a la manifestación, a la que algunos llegaron caminando, en bicicletas, el metro o autobuses.
Muchos resientes legales y ciudadanos acudieron en apoyo a la comunidad inmigrante que celebró con alegría este día.
Entre el grupo estuvo la inmigrante hondureña Maila, que hace 25 años se estableció en EE.UU, y aunque aún no es residente legal tiene él permiso de trabajo que le otorga el TPS.
"Vine porque necesitamos una legalización. Que se dejen de política demócratas y republicanos, que ahora nos quieren llevar ante un juez", señaló a Efe sobre la propuesta de que los inmigrantes se declaren culpables ante un juez de haber violado la ley al entrar de forma ilegal al país, como requisito a una posible legalización.
Maila señaló además que "estoy aquí por mi hijo, porque un juez racista de Nueva Jersey no le dio una oportunidad y le enviaron a Honduras el año pasado".
"No le importó que había sometido sus papeles (para la residencia) porque está casado con una ciudadana y tienen dos hijas. Su esposa y las niñas, de 7 y 5 años, lloran porque le extrañan. No le quedó más opción que aceptar la deportación voluntaria", argumentó.
La hondureña increpó al presidente de EE.UU., Barack Obama "porque está en su segundo término y aún no ha hecho nada".
Gregory Reynoso es dominicano y residente legal y acudió a la manifestación en apoyo a los miles de indocumentados "porque todos enfrentamos el mismo problema de bajos salarios" en el empleo.
Reynoso es chófer con una cadena de pizzerías y es parte del movimiento que el mes pasado paralizó los restaurantes de comida rápida en Nueva York, y que luego se extendió a Chicago.
"Todos estamos en la misma situación y sólo unidos podremos salir adelante. Sin nosotros no hay EE.UU.", dijo el trabajador y agregó que conoce muchas personas que se beneficiarían con una reforma de inmigración.
Mientras un grupo de mexicanos dio gracias a los dioses con una antigua danza azteca por haberles permitido estar hoy en el evento y para que las peticiones de todos se hagan realidad.
"Estoy esperando que haya una reforma, que se escuche lo que el pueblo está pidiendo", dijo por su parte el mexicano Heriberto Hernández.