Consejos prácticos para lucir y tener un pecho bonito
Todos los días:
Mantenerte lo más recta posible a lo largo del día.
Llevar un sujetador cómodo que no oprima la caja torácica.
Lavarte los senos con agua fría para tonificar los tejidos. El efecto vasoconstrictor estimula la microcirculación sanguínea y mejora el intercambio celular. La piel queda más tonificada y recupera su papel de sostén natural. Las que mejor aguanten el frío también podrán utilizar un guante con cubitos de hielo para tonificar más los tejidos.
Llevar un sujetador “deportivo especial” siempre que se practique deporte.
Exfoliar el busto regularmente para estimular la regeneración celular y la circulación sanguínea.
Dormir de espaldas para no oprimir el pecho durante la noche.
Olvídate obligatoriamente de:
Todos los movimientos o deportes agresivos (aerobic, algunos deportes en equipo agresivos y algunas disciplinas del atletismo…) y de los gestos demasiado dinámicos que pudieran dañar los tejidos.
Exposiciones prolongadas al sol sin protección solar.
Cargar con mucho peso.
Los masajes muy violentos en el pecho. Para hacer que una crema penetre, se recomienda masajear el pecho con un delicado movimiento circular.
Oprimir el pecho cruzando los brazos encima (por ejemplo, si se lleva la compra a pulso).
Baños prolongados de agua caliente.
Las variaciones de peso.
Una dieta baja en proteínas. Muévete con regularidad
Buenos hábitos:
Estira los hombros hacia atrás para estirar el pecho: si se tiene mucho pecho, se tiende a encorvar la espalda y a perder firmeza.
¡Enderézate! Olvídate de los complejos, ¡ahora se llevan las curvas!
Colocar la espalda correctamente.
Realizar movimientos con el brazo alzándolo por encima de la cabeza para “subir” el pecho.
Nadar de espalda para trabajar los músculos del pectoral y evita nadar en crowl o mariposa.
Colgarse de una barra durante varios segundos, con los pies sobre el suelo, para aprender a mantenerte recta.