Uno de los grupos radicales más temidos por sus tácticas brutales parece tener un claro objetivo: llegar al mayor exportador de petróleo del mundo
Uno de los grupos radicales más temidos por sus tácticas brutales parece tener un claro objetivo: llegar al mayor exportador de petróleo del mundo.
El grupo yihadista que se autodenomina Estado Islámico, EI, controla actualmente vastos sectores de Siria e Irak, tras un avance marcado por matanzas, secuestros, tráfico de personas y decapitaciones.
Pero Arabia Saudita es, según analistas, uno de los blancos más codiciado por EI.
El reino, conmocionado este viernes por la noticia de la muerte del rey Abdalá, es no solamente la cuna del Islam sino también el país con el 18% de las reservas conocidas de crudo a nivel global, según la OPEP.
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"Lo que hizo poderoso a EI es que su estrategia militar sigue el mapa de los campos petroleros", señala el escritor y analista político especializado en Medio Oriente, Claude Salhani.
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"No es coincidencia que avanzaran en el noreste de Siria y el norte de Irak. Estos países fueron el lugar de inicio de su campaña, pero EI supo desde un principio que para prosperar debía enfocarse en su premio final: los campos petroleros de Arabia Saudita", agregó Salhani.
El reino tiene además otro atractivo clave para el grupo yihadista que declaró su intención de establecer un califato.
Arabia Saudita es custodio de los dos principales sitios sagrados del Islam, La Meca y Medina.
"El camino de Estado Islámico hacia el califato pasa por el reino de Arabia Saudita", escribieron recientemente en una columna de opinión en el New York Times dos analistas cercanos al gobierno saudita, Nawaf Obaid, del Centro Belfer de Asuntos Internacionales de la Universidad de Harvard, y Saud al Sarhan, del Centro de Estudios Islámicos Rey Faisal.
Para Salhani, "si la batalla por Siria e Irak atrajo a cientos o miles de musulmanes jóvenes, la batalla por el control de los dos sitios más sagrados atraería muchos más combatientes a las filas de Estado Islámico".
¿Pero qué señales concretas existen de que el grupo yihadista no se detendrá hasta marcar su presencia en Arabia Saudita?
"Blancos potenciales"
"En un mensaje de audio de 17 minutos, presuntamente del elusivo líder de EI, Abu Bakr al Baghdadi, el grupo se refirió claramente a Arabia Saudita", explica Frank Gardner, corresponsal de seguridad de la BBC.
Refinería de petróleo en Arabia Saudita
Arabia Saudita cuenta con el 18% de las reservas mundiales de crudo.
"No se escuchan las palabras 'Arabia Saudita', ya que éste es un nombre derivado de la tribu en el poder, los al Saud, cuya autoridad es rechazada por EI", señaló Gardner.
"En lugar de ello se habla de 'la tierra de Haramayun', la tierra de los dos sitios sagrados, en alusión a La Meca y Medina".
Para Gardner, EI intenta llegar con el mensaje a su creciente número de seguidores en Arabia Saudita.
E incluso establece una lista de blancos potenciales en territorio saudita, comenzando con la minoría chiita en las provincias ricas en petróleo del este del país y cuyos miembros son vistos como herejes por los radicales sunitas de EI.
Más allá del mensaje, un reciente incidente cerca de la frontera entre Arabia Saudita e Irak fue visto por analistas como un hecho significativo.
Exjefe de Estado de Arabia Saudita, Rey Abdullah Bin-Abd-al-Aziz Al Saud , junto al presidente de EE.UU., Barack Obama
El rey Abdalá, que falleció esta semana, fue un firme aliado de EE.UU. y de su política de bombardeos contra Estado Islámico.
En enero, el ministerio del Interior de Arabia Saudita informó que tres guardias sauditas murieron y otros tres resultaron heridos en un ataque en la zona fronteriza.
Ningún grupo se adjudicó responsabilidad del ataque. Pero algunos observadores señalaron que podría haberse tratado de una respuesta a los bombardeos lanzados contra EI por la coalición liderada por Estados Unidos, de la que Arabia Saudita es parte.
Acusaciones contra Arabia Saudita
Aunque ahora enfrentan la amenaza de EI, las autoridades de Arabia Saudita fueron acusadas en el pasado de sustentar al grupo islamista.
"Muchos responsabilizaron a Arabia Saudita del rápido ascenso de EI, acusando a sus autoridades de financiar al grupo y de exportar una versión intolerante del Islam a la región", señala Gardner.
La Meca
La Meca y Medina, los principales dos sitios sagrados del Islam, se encuentran en Arabia Saudita.
El gobierno saudita rechazó categóricamente las acusaciones y agregó que durante tres años combatió duramente la insurgencia de al Qaeda en su territorio, una lucha que dejó cientos de muertos.
"Sin embargo, funcionarios sauditas no niegan que el exjefe de inteligencia, el príncipe Bandar Bin Sultan al Saud, invirtió grandes cantidades de dinero y tiempo tratando de formar un ejército rebelde sunita en Siria que combatiera al régimen de base chiita del presidente Bashar al Asad", agrega Gardner.
Para Nawaf Obaid y Saud al Sarhan, "Arabia Saudita no es la fuente de EI, es su principal blanco".
"Y es además la única potencia que efectivamente puede enfrentar a EI en una forma que sea vista como legítima por otros musulmanes".
Amenaza dentro de fronteras
"Se estima que más de 2.000 ciudadanos sauditas se han unido a las filas de Estado Islámico"
Frank Gardner
"Es poco probable que Arabia Saudita se vea ante una invasión militar directa de EI", según Gardner.
El reino viene reforzando su frontera de cerca de 900 kms con Irak desde 2006 con el objetivo de establecer un verdadero muro con más de 70 torres de control, según informes.
Las autoridades sauditas han venido instalando un sistema de vallas altas con alambre de púa, patrulladas desde puestos de observación y bases militares, según confirmaron fuentes sauditas al propio Gardner.
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El corresponsal señala además que "los militares sauditas están equipados con miles de millones de dólares en armas vendidas por Occidente".
Pero la vulnerabilidad del país puede estar dentro de fronteras.
Arabia Saudita se encuentra para Gardner en una posición "extraordinariamente incómoda". Su fuerza aérea ha atacado posiciones de EI en Siria junto a EE.UU., una acción nada popular entre muchos sauditas.
Líder de Estado Islámico, Abu Bakr al-Baghdadi
El líder de Estado Islámico lanzó un mensaje a sus seguidores en territorio saudita.
"Un príncipe saudita que piloteó aviones de combate en esos ataques recibió amenazas de muerte según algunos informes", dijo Gardner. Y se estima que más de 2.000 ciudadanos sauditas se han unido a las filas de EI, según el corresponsal de seguridad de la BBC.
El reino se encuentra flanqueado por dos amenazas: Estado Islámico al norte en su frontera con Irak y al Qaeda al sur en su frontera con Yemen, donde rebeldes chiítas hutíes derrocaron al gobierno y extremistas sauditas han pasado a integrar filas de al Qaeda.
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Será ahora el sucesor del rey Abdalá, su hermano Salman, de 79 años, y ministro de Defensa desde 2012 quien deberá afrontar ambas amenazas.
Para Gardner, no cabe dudas de que "el reino enfrenta el peligro creciente de violencia en su frontera con Irak".
Y esa violencia podría consistir "en ataques con bomba ocasionales, o tiroteos y secuestros, que pondrán a prueba a los servicios de inteligencia sauditas".