La presidenta Michelle Bachelet realizó el lunes un profundo ajuste ministerial que alcanzó a su jefe de gabinete y al ministro de Hacienda
SANTIAGO, Chile.-La presidenta Michelle Bachelet realizó el lunes un profundo ajuste ministerial que alcanzó a su jefe de gabinete y al ministro de Hacienda, para frenar la severa crisis de credibilidad hacia la clase política y el gobierno de Chile.
La mandataria desplazó a nueve de sus 23 ministros, incluyendo a los llamados ministros políticos, y mantuvo su línea de incluir a políticos jóvenes y con poca experiencia.
Reemplazó a su jefe de gabinete Rodrigo Peñailillo por su ministro de Defensa, Jorge Burgos, y de Hacienda sacó a Alberto Arenas y nombró en su lugar a Rodrigo Valdés, un economista de 48 años que hasta el lunes presidía el directorio del Banco del Estado.
Es la primera vez desde el retorno a la democracia en 1990 que un mandatario pide la renuncia a su ministro de Hacienda.
"Hoy chilenos y chilenas sabemos que lo que prometemos lo cumplimos, aunque las circunstancias sean adversas", dijo Bachelet al presentar a su remozado gabinete.
La caída de Peñailillo se debió a su descrédito al conocerse que antes de llegar al gobierno asesoró a un criticado operador político oficialista que recaudó millonarios fondos de SQM, una empresa de un ex yerno del dictador Augusto Pinochet. Varios directivos de SQM son investigados por financiamiento ilegal y delitos tributarios.
El único ministro confirmado era el canciller Heraldo Muñoz, que negociaba la anulación de una demanda de Bolivia contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia en Holanda.
Los nuevos ministros entran a las carteras de Interior, Hacienda, Secretaria General de la Presidencia, Secretaría General de Gobierno, Defensa, Justicia, Trabajo, Desarrollo Social y Cultura y las Artes.
Bachelet cambió a sus ministros en momentos en que la popularidad y aprobación a su gestión se encuentran en los mínimos históricos de sus dos gobiernos. Según una encuesta del Centro de Estudios Públicos sólo 29% aprueba cómo está conduciendo el gobierno, mientras 56% lo desaprueba.
La mandataria dijo que en esta nueva fase de su gobierno se necesitan caras nuevas "al frente de las tareas que hemos comprometido al país y que la ciudadanía nos demanda".
La mandataria tiene mayoría en el Congreso y aunque aprobó reformas tributarias, electorales y una parte de la educativa, ahora enfrenta el descontento de trabajadores y estudiantes hacia los proyectos que los afectarán.
La desconfianza se desató cuando hace unos meses se descubrió que dos empresas, una de ellas SQM, financiaban ilegalmente a políticos de derecha e izquierda, los que entregaban boletas falsas para que las compañías recuperaran dinero mediante impuestos.
El descrédito la alcanzó directamente tras divulgarse un negociado de especulación inmobiliaria de su hijo y nuera.
Bachelet intentó frenar los escándalos y la crisis con una improvisada agenda de probidad que no tuvo mayor acogida porque agregó un somero anuncio de debate constitucional en septiembre, desviando la atención hacia la carta fundamental legada por la dictadura.
Eva Vergara está en Twitter como: https://twitter.com/evergaraap
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