Al menos 16 personas han muerto y cientos de miles se han visto afectadas por las intensas lluvias de los últimos tres días en Pakistán
ISLAMABAD,PAKISTAN.-. Al menos 16 personas han muerto y cientos de miles se han visto afectadas por las intensas lluvias de los últimos tres días en Pakistán, donde más de un centenar de poblaciones permanecen inundadas por los efectos del monzón, informaron hoy a Efe fuentes oficiales.
El portavoz de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA, siglas en inglés), Ahmed Kamal, explicó que los fallecimientos se han producido en todo el país, ya que las precipitaciones han afectado a prácticamente todas las demarcaciones administrativas.
En la provincia oriental de Punyab, 125 poblaciones están casi sumergidas bajo el agua y hay 73.000 damnificados, según la fuente, que agregó que en la sureña Baluchistán y la norteña región autónoma de Gilgit Baltistán los afectados también se “cuentan en millares”, aunque no pudo ofrecer un balance concreto.
Sólo en el distrito de Chitral, en la provincia noroccidental de Khyber Pakhtunkhwa, las precipitaciones han dejado tres muertos, una decena de heridos y unos 300.000 afectados, que permanecen incomunicados desde hace una semana, detalló el director de Rescate de la NDMA regional, Muhammad Khalid.
Las lluvias y el deshielo causaron en ese distrito graves inundaciones que han dañado las infraestructuras y bloqueado el acceso por carretera, si bien la fuente aseguró que no hay riesgo de hambrunas en la zona, ya que cuentan con provisiones para un mes.
El director general del Departamento Meteorológico de Pakistán, Ghulam Rasool, explicó que un nuevo ciclo de lluvias monzónicas volverá a azotar el país a partir de mañana.
Hace tres meses, lluvias torrenciales y fuertes vientos asolaron el noroeste del país, dejando medio centenar de fallecidos y 200 heridos antes del comienzo de la temporada del monzones, que cada año causa inundaciones en los países de la región entre julio y agosto.
Las peores inundaciones de la historia paquistaní ocurrieron en 2010, tras un monzón extraordinariamente abundante, que se sumó a un deshielo estival también especialmente abundante y ocasionó 2.000 muertos y más de 20 millones de damnificados.