Estado Islámico A través del material audiovisual los extremistas “trasladan la imagen de una sociedad islámica pura y perfecta, venden que en ella hay justicia social, igualdad y que no hay racismo”.
BEIRUT. A través del material audiovisual, los extremistas “trasladan la imagen de una sociedad islámica pura y perfecta, venden que en ella hay justicia social, igualdad y que no hay racismo”.
Entrenamientos al aire libre, poda de árboles en Al Raqa o una clase de Corán para menores forman parte de la idea de “califato” que el grupo terrorista Estado Islámico (EI) recrea en sus vídeos, que no solo muestran asesinatos brutales sino también una realidad inventada para captar nuevos adeptos.
En las imágenes que difunden en internet, los yihadistas van más allá de expandir el terror y presentan también un “mundo idílico” artificial con paisajes al aire libre, combatientes que comparten la comida y mujeres que pasean a sus hijos por sus dominios.
Para el editor jefe del Centro de Terrorismo e Insurgencia IHS Jane, Matthew Henman, hay dos temas esenciales en los vídeos, que se dirigen a posibles nuevos reclutas: “Primero, que se ha creado un califato ideal, donde el verdadero islam es promovido, practicado y protegido”.
“Segundo, que tú te puedes unir a la lucha para defender y expandir ese califato contra una cada vez mayor variedad de enemigos”, apunta a Efe por correo electrónico.
El EI manipula las imágenes como si se tratara de un documental, donde enseña su visión distorsionada de lo que ocurre sobre el terreno.
Henman destaca que “la vida en las áreas bajo el control de la organización aparece representada como muy idílica, o por lo menos útil y de ayuda, mientras que las secuencias de lucha ofrecen reminiscencias de las películas de acción o videojuegos”.
La experta del Centro Carnegie de Oriente Medio Dalia Ghanem Yazbeck explica a Efe que los radicales disponen de varias secciones de medios dedicadas a una misión diferente, como Al Furqan, Al I’tisam o Al Hayat.
Como muestra, Al Hayat se dirige fundamentalmente al público occidental y edita “Dabiq”, la revista en inglés del EI.
A través del material audiovisual, los extremistas “trasladan la imagen de una sociedad islámica pura y perfecta, venden que en ella hay justicia social, igualdad y que no hay racismo”, detalla Yazbeck.
Esta experta considera que el EI juega con la aspiración de vivir en una comunidad perfecta.
“Ya lo dijo Abu Bakr al Bagdadi (líder del EI) en su primer discurso en Dabiq, donde vino a decir algo así como ‘venid tal y como sois que nosotros os aceptaremos”, comenta Yazbeck.
En opinión de esta investigadora, el EI trabaja para anular al individuo y sustituirlo por un “nosotros” para articular un sentimiento de fraternidad, que puede atraer a occidentales.
En esa línea, los terroristas difundían recientemente un vídeo de un hospital en su autoproclamado califato en Siria e Irak, con las últimas tecnologías y en el que se veía un médico de piel y ojos claros hablando con acento australiano.
Según Henman, “el grupo tiene una capacidad sustancial para producir propaganda dirigida a diferentes audiencias y en varias lenguas aparte del árabe, como el inglés, francés, ruso, turco...”.
Frente a la fantasía de “un mundo perfecto”, los vídeos tienen su contrapunto en su lado violento en el que salen combates, atentados y asesinatos.
Yazbeck indica que, en este caso, “el mensaje es ‘esto es lo que te pasará si no estás con nosotros’, además de galvanizar a los partidarios del EI”.
Y es que el califato bucólico que los radicales pretender vender al final no deja de ser un artificio.
De hecho, la analista del Carnegie augura que cada vez habrá más deserciones dentro de la organización “porque lo que pasa realmente no se ajusta a su propaganda”, ya que en los dominios de los extremistas la desigualdad y la corrupción campan a sus anchas.
Prueba de ello es que, según los datos del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, el EI ha asesinado a 420 de sus miembros por supuestamente espiar para otros países, colaborar para la coalición internacional liderada por Estados Unidos o por tratar de huir fuera de las áreas controladas por la organización en los últimos 18 meses.
Yazbeck opina que el propio EI se acabará “pudriendo” desde dentro, porque “es lo que suele ocurrir con organizaciones tan cerradas que no dan libertad a puntos de vista distintos internos”.
“Con el tiempo desarrollan una paranoia porque están obsesionadas con la corrupción que pueda venir del exterior y empiezan a ser extremadamente violentas con su propia población”, afirma.
En espera de que este momento llegue, Henman cree que se puede combatir la propaganda del EI con acciones técnicas para contrarrestar sus publicaciones y un esfuerzo más intenso de cooperación internacional global para socavar sus principios ideológicos.