Al menos siete tornados azotaron la tarde del martes el sureste de Luisiana, ocasionando heridas a unas 31 personas, destruyeron casas y negocios, volcaron autos y camiones
Al menos siete tornados azotaron la tarde del martes el sureste de Luisiana, ocasionando heridas a unas 31 personas, destruyeron casas y negocios, volcaron autos y camiones.
El peor daño ocurrió en el mismo Noveno Distrito que resultó sumamente inundado por el paso del huracán Katrina.
Al menos siete tornados azotaron la tarde del martes el sureste de Luisiana, ocasionando heridas a unas 31 personas, destruyeron casas y negocios, volcaron autos y camiones, y dejaron sin suministro de electricidad a cerca de 10.000 clientes, pero no se reportaron muertes,.
El peor daño ocurrió en el mismo Noveno Distrito que resultó sumamente inundado por el paso del huracán Katrina.
Unas 250 propiedades fueron severamente dañadas en una franja de de entre 3 y 4 kilómetros en el este de la ciudad por donde pasó uno de los tornados, obligando a que el alcalde Mitch Landrieu declarara estado de emergencia para la Ciudad de Nueva Orleans.
Otras siete parroquias o barrios también sufrieron daños, incluyendo las de Orleans, Jefferson, St. Tammany, Tangipahoa, Livingston, St. James y Ascension.
Después de la tormenta, algunos bomberos con hacha en mano recorrían la carretera federal 90, que estaba llena de escombros, en busca de personas desaparecidas o atrapadas. En su primer recorrido no encontraron víctimas y se tenía planeado un segundo para asegurarse de ello y evaluar mejor el daño.
El gobernador del estado, Bel Edwards, dijo que llamó a la Guardia Nacional de Luisiana para que patrulle y proteja el área, e instó a la gente a mantenerse alejada.
"Éste no es un momento para visitar el lugar", señaló.
La tormenta hizo pedazos casas, derribó el dosel de una gasolinera, partió postes de conducción de energía eléctrica y volcó un camión de venta de comida. Dejó fragmentos de metal colgando de árboles y un chofer quedó atrapado en la cabina de su vehículo con cables eléctricos a su alrededor.
La oficina del gobernador estimó que la restauración del fluido eléctrico en las zonas afectadas tomará entre tres y cinco días. Unas 150 cuadrillas de trabajadores participarán en esos trabajos.
El clima severo ocasionó además lluvia fuerte y granizo en Mississippi y Alabama.
El portavoz presidencial, Sean Spicer, dijo que la Casa Blanca estaba monitoreando el impacto del mal clima, y que el presidente Donald Trump se comunicaría con funcionarios estatales y locales.
Se espera que equipos de FEMA, la agencia federal para el manejo de desastres, lleguen este miércoles a Nueva Orleans para evaluar los daños y determinar el nivel de ayuda federal disponible.