El mundo del cuidado infantil será muy distinto cuando reabran después de meses de clausura en respuesta a la pandemia a mediados de julio:
"Todavía no estamos seguros si ya se fue o si el virus sigue ahí. Yo creo que deberían de esperar al menos hasta el otro año que viene".


En cada salón no podrá haber más de 15 niños.
No se permitirá intercambio de salones.
Todos los adultos usarán mascarillas y seguirán un estricto protocolo de limpieza.
Si hay un contagio, se informará a los padres, contactos cercanos y maestros.

Pero para la mayoría de los padres y madres, es muy temprano: "Todavía no estamos seguros si ya se fue o si el virus sigue ahí. Yo creo que deberían de esperar al menos hasta el otro año que viene".

Alguien más expresó: "Para mí, no estoy de acuerdo. Para mí, eso corre mucho riesgo, porque no sabemos qué precauciones van a tomar los maestros. Yo no mandaría mi hijo a la escuela".

Otra madre de familia también compartió su postura: "Yo no trabajo desde marzo 13, pero ella se va a quedar conmigo. Porque es peligroso todavía y los niños se pueden infectar. Dos niños de aquí de Nueva York se murieron. So, no, no la voy a mandar".

Pero otros padres, ansiosos por poder ir a trabajar creen que con precaución, reabrir los centros es un paso necesario: "A la vez es bueno porque ellos van a aprender mejor en la escuela que en la casa. Y así, ellos no están solos en casa y distrayéndose con otras cosas y en la escuela es mucho mejor, pero está muy bien".

Los niños no tendrán que usar protectores faciales excepto en excursiones. Y este es el punto que preocupa a los mismos proveedores de cuidado infantil.

"Ellos deben de usar mascarilla, porque ellos pueden traerlo y nosotros no saber que ellos lo tienen porque no traen síntomas. So, ellos deben usar máscara, y nosotros también", comentó Paula Aquino, trabajadora de cuidado infantil.

La Administración de Pequeños Negocios de la ciudad proveerá equipo de protección gratuito a los centros de cuidado infantil.