Chanel es la primera gran casa de moda en enviar modelos para desfilar por la pasarela en Cuba
La Habana,Cuba 4 de mayo.-Chanel es la primera gran casa de moda en enviar modelos para desfilar por la pasarela en Cuba, en otra muestra del acercamiento de la isla caribeña con Occidente. El exclusivo show también recuerda las desigualdades en el país de gobierno comunista.
El alemán Karl Lagerfeld, quien ha estado al timón como director creativo de Chanel desde 1983, ha dicho que su última colección "Cruise" está inspirada en la "riqueza cultural y la apertura de Cuba".
Primero llegaron a Cuba el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y los Rolling Stones. Ahora lo hacen celebridades mundiales de la moda, como la supermodelo Gisele Bundchen, para un desfile de Chanel a celebrarse más tarde el martes en La Habana.
Estados Unidos y Cuba, ex rivales de la Guerra Fría, acordaron formalmente en julio pasado restablecer sus relaciones diplomáticas. El Gobierno de La Habana también ha ido mejorado los nexos con otras naciones occidentales.
El presidente de la división de moda de Chanel, Bruno Pavlovsky, dijo a Reuters que para la etiqueta es incierto en una primera instancia saber si puede mantener el espectáculo, pero apuntó que las autoridades cubanas han sido "muy acogedoras y serviciales".
Aunque muchos cubanos están felices por tener un desfile de Chanel en la ciudad, otros lo critican. Las mercancías de la casa de modas no se venden en Cuba y la mayoría de personas no puede ni siquiera soñar con adquirir un pequeño bolso que cuesta miles de dólares.
Alrededor de un 70 por ciento de los trabajadores cubanos labura para el Estado con un salario promedio de 25 dólares al mes.
Pavlovsky dijo que es muy pronto para Chanel, que tiene menos de 200 boutiques en todo el mundo, montar una tienda en Cuba.
"Es un evento para unos pocos", dijo la estudiante Heidi López, de 23 años, al salir de la Universidad de La Habana. "No podemos deleitarnos con lo más exclusivo de la moda mundial (...) y mucho menos aspirar a comprar ningún artículo", añadió.
Otros cubanos sostienen que el espectáculo de Chanel les está dando alas para soñar.
"Chanel es de muy buena calidad y también muy caro", dijo Marilia Véliz, de 44 años, contadora y amante de la buena costura, exhibiendo su uniforme de color marrón y crema.
"El hecho de que no me pueda permitir eso, no significa que quiero negar a otros ese lujo. Y ¿quién sabe?, tal vez un día. Es importante para soñar", afirmó.
Cuba se está convirtiendo rápidamente en uno de los destinos mundiales de la moda debido al turismo y la llegada de la elite del lujo, que trata de saborear el glamour y el estilo caribeño antes de que cambie demasiado.
"¡Hola Cuba!", escribió la modelo Bundchen en su cuenta de Instagram el lunes y acompañó el texto con una foto en un parque del centro de La Habana. Recibió alrededor de 110.000 "me gusta".
El secretismo ha envuelto los preparativos para el desfile de Chanel en La Habana, que tendrá lugar en el Paseo del Prado, un frondoso sitio con bancos de mármol, farolas ornamentales y tradicionales leones de bronce que conducen a la orilla del mar Caribe.
(Reporte de Sarah Marsh. Reporte adicional y traducción de Nelson Acosta.; Editado en español por Silene Ramírez)
© Thomson Reuters 2016 All rights reserved.
El alemán Karl Lagerfeld, quien ha estado al timón como director creativo de Chanel desde 1983, ha dicho que su última colección "Cruise" está inspirada en la "riqueza cultural y la apertura de Cuba".
Primero llegaron a Cuba el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y los Rolling Stones. Ahora lo hacen celebridades mundiales de la moda, como la supermodelo Gisele Bundchen, para un desfile de Chanel a celebrarse más tarde el martes en La Habana.
Estados Unidos y Cuba, ex rivales de la Guerra Fría, acordaron formalmente en julio pasado restablecer sus relaciones diplomáticas. El Gobierno de La Habana también ha ido mejorado los nexos con otras naciones occidentales.
El presidente de la división de moda de Chanel, Bruno Pavlovsky, dijo a Reuters que para la etiqueta es incierto en una primera instancia saber si puede mantener el espectáculo, pero apuntó que las autoridades cubanas han sido "muy acogedoras y serviciales".
Aunque muchos cubanos están felices por tener un desfile de Chanel en la ciudad, otros lo critican. Las mercancías de la casa de modas no se venden en Cuba y la mayoría de personas no puede ni siquiera soñar con adquirir un pequeño bolso que cuesta miles de dólares.
Alrededor de un 70 por ciento de los trabajadores cubanos labura para el Estado con un salario promedio de 25 dólares al mes.
Pavlovsky dijo que es muy pronto para Chanel, que tiene menos de 200 boutiques en todo el mundo, montar una tienda en Cuba.
"Es un evento para unos pocos", dijo la estudiante Heidi López, de 23 años, al salir de la Universidad de La Habana. "No podemos deleitarnos con lo más exclusivo de la moda mundial (...) y mucho menos aspirar a comprar ningún artículo", añadió.
Otros cubanos sostienen que el espectáculo de Chanel les está dando alas para soñar.
"Chanel es de muy buena calidad y también muy caro", dijo Marilia Véliz, de 44 años, contadora y amante de la buena costura, exhibiendo su uniforme de color marrón y crema.
"El hecho de que no me pueda permitir eso, no significa que quiero negar a otros ese lujo. Y ¿quién sabe?, tal vez un día. Es importante para soñar", afirmó.
Cuba se está convirtiendo rápidamente en uno de los destinos mundiales de la moda debido al turismo y la llegada de la elite del lujo, que trata de saborear el glamour y el estilo caribeño antes de que cambie demasiado.
"¡Hola Cuba!", escribió la modelo Bundchen en su cuenta de Instagram el lunes y acompañó el texto con una foto en un parque del centro de La Habana. Recibió alrededor de 110.000 "me gusta".
El secretismo ha envuelto los preparativos para el desfile de Chanel en La Habana, que tendrá lugar en el Paseo del Prado, un frondoso sitio con bancos de mármol, farolas ornamentales y tradicionales leones de bronce que conducen a la orilla del mar Caribe.
(Reporte de Sarah Marsh. Reporte adicional y traducción de Nelson Acosta.; Editado en español por Silene Ramírez)
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