Cristina Saralegui habló sobre la pesadilla de su bipolaridad y de sus problemas con el alcohol
“Una persona alcohólica es al que no puede tomarse ‘un’ trago, que tiene que terminar la botella. Lo que me pasó a mí es que me deprimí tanto, quería que vendieran la anestesia para la casa. Lo que quería era no sentir dolor, quería ir al trabajo, tenía cinco. Ningún alcohólico se levanta para ir al trabajo, Cristina no admite nunca haber sido alcohólica. "Me tomaba un trago, dos tragos. Entonces me decía mi hijo: ‘¡para!, son las 5:00 de la tarde, con todo lo que has logrado, quieres ser recordada como una vieja alcohólica”, contó Saralegui, quien animó por años el programa transmitido por Univisión El Show de Cristina.
“Llamé a una amiga mía, experta en adicciones, le dije dame armas para saber cómo pelear con esto. No quiero ir a ningún sitio. Me tomó un año y le gané al monstruo. Ahora después del programa de Cala, me voy a comer con mi hijo Marco (…) me tomo mi cafecito y me voy a la cama. Ningún alcohólico puede hacer eso”, manifestó durante la entrevista en la que habló de su libro Pa’ arriba y pa’ lante.
Nadie te puede hacer a ti dejar ninguna droga o alcohol, dijo la animadora, quien además reconoció que sufrió ataxia, que le afectó las piernas. “Esa enfermedad la produce el alcohol, pero también la produce el estrés. ¿Sabes cuánto estrés tenía yo en el programa, tomando wiskhy y con los problemas de Jhon Marco? Mucho estrés. Es un milagro que yo esté aquí hablando. No me maté porque Papa Dios no quiso”.
“Yo no sabía qué hacer con mi vida, a mi hijo a los 19 años lo diagnosticaron bipolaridad.Yo no sabía qué hacer. En las noches, después de reír y bailar en el programa, iba a casa, a la cama de mi hijo, que no estaba ahí, y me acostaba a llorar. Lo único que le digo a las mamás, cuando su hijo agarra un catarro ustedes se quieren morir, imagínense cómo estaba yo. Y aun así no falté ni un día a mi trabajo. No iba a la televisión a mostrar mis problemas, entendí que quienes te ven quieren que los ayuden a resolver sus problemas”, dijo.
“Cuando mi hijo intentó suicidarse, mientras yo daba una presentación, mi esposo me lo dijo. Me contó que Jhon Marco estaba en su carro en el quinto piso de un parqueo y quiso lanzarse, pero fue tan fuerte que condujo hasta el hospital, a psiquiatría y se firmo él solito. Me fui como una fiera al hospital, toque la puerta de hacer y dije quiero ver a la que manda aquí. Dije mi hijo no se puede quedar aquí y me dijeron que era lo mejor”, narró.
“Mi papá es bipolar y eso es hereditario. Lo que tenía Marco lo hacía cambiar como 100 veces de humor al día. Lo llevé a Harvard, allá le hicieron un examen que me costó 50 mil dólares. Ahora está manejando un carro, está en casa. Casi ningún latino sabe qué es la bipolaridad, ninguno quiere ir al psiquiatra porque no quieren que les digan que están locos. La primera vez que escuché al palabra bipolar no supe qué era eso”, contó la animadora cubana.
Ahora, después de abrir su corazón y confesar lo que ha vivido y que nunca antes había mostrado al mundo, sino que por el contrario se hacía ver como una mujer sin problemas y que se dedicaba a brindar soluciones a los otros en su programa; Cristina Saralegui tiene cuatro años desempleada y dijo que le encantaría volver a Univisión, a pesar de que un día la dejaron sin trabajo y la trataron mal.
“Tengo 66 años y no sé cocinar. No puedo estar trancada, si me encierras en mi casa 24 horas, me muero. A mí lo que más me gustaría es volver a trabajar, no me gusta estar desempleada. Escribí un libro en el tiempo libre, pero ya lo termine. Me encantaría estar en Univisión”, expresó.