En ocasiones se piensa que el tener un status, es sinónimo de prepotencia. Sin embargo, en más de las ocasiones, a través de entrevistas o de biografías, se ha descubierto que las personas que han tenido un poder verdadero, ya sea en el terreno socioeconómico o cultural, se manifiestan con un sentido afable que quizá obedezca a una acertada asesoría de relaciones públicas o en el mejor de los casos, porque han descubierto las bondades de ser agradecido.

En el simple hecho de dar las gracias, se encierra toda una actitud que puede traer grandes beneficios a ti y que pueden sumarse a tu capital personal. Recuerda que todo lo que suma, abre oportunidades para estar mejor.

Ganando sonrisas

¿Por qué no empezar el día celebrando que se está despertando? Si te das cuenta, pocas veces nos damos la oportunidad de reconocer que el empezar un día, es volver a nacer. Lo cotidiano nos gana y perdemos en la inconciencia el hecho de experimentar día a día una nueva experiencia, que nunca es igual, aunque sigas en el mismo lugar, en tu trabajo y con la rutina.

Empieza a dar gracias por todo: por tu correspondencia, a quien te recibe el auto, a quien te trae el café, a tu equipo por llegar a tiempo a una junta o quien te sirve a la hora de comer o a ti al finalizar el dìa, simplemente por haber existido.

Con actitud

Cuando logras estar conciente del agradecimiento que das a los demás, vas a experimentar una sensación de bienestar, serás más conocido, tu imagen se proyectará con más vitalidad, te vuelves más alegre, generas más tolerancia ante los problemas, se fortalece tu sistema inmunológico, vives tu jornada con más optimismo y los demás te ven como un ser amable, incluso como una persona en quien confiar.

¿Te habías imaginado lo que significa dar gracias con un modo amable? Si no lo acostumbras, empieza hoy. Una sonrisa se capitaliza desde el momento en que la emites de forma sincera. Nada tienes que perder.