Las amenazas contra agentes de la Patrulla Fronteriza en Texas por parte de cárteles mexicanos no cesan, especialmente tras el incidente de hace unas semanas en el que un menor mexicano murió cuando un oficial disparó contra él.

El portavoz de la Patrulla Fronteriza, Ramiro Cordero, indicó a Efe que información recibida por las agencias del orden público han revelado la existencia de amenazas efectuadas por miembros de cárteles de droga en contra de los agentes fronterizos que trabajan en el área de Del Río (Texas), El Paso y Nuevo México.

A estas amenazas en Texas hay que sumar las recibidas recientemente en Arizona, cuyas autoridades consideran que las advertencias recibidas por parte de grupos delincuentes mexicanos son creíbles.

Cordero indica que la información en Texas ha sido recopilada a través de testimonios de inmigrantes detenidos o coyotes que aseguran haberlas escuchado de personas que aseguran que atacarán a los agentes en servicio, así como notas colocadas en lugares de paso e incluso vía telefónica.

El portavoz precisó que estas informaciones sobre posibles ataques a oficiales empezaron poco después de la muerte del joven mexicano Sergio Adrián Hernández Guereca, quien murió en junio pasado tras recibir un disparo por parte de un agente fronterizo que alegó que utilizó su arma en respuesta a las piedras lanzadas por el menor.

Cordero indicó que las amenazas comenzaron a llegar inicialmente en el área de De Río y se extendieron a lo largo de la frontera hacia El Paso y Nuevo México.

"Cualquier amenaza en contra de un oficial electo es algo serio. Nosotros tenemos información de amenazas provenientes por parte de la mafia mexicana y cárteles de la droga", señalaron en un comunicado los responsables del condado Pinal (Arizona) la pasada semana.

Cordero expuso que no han podido confirmar la fiabilidad de estas amenazas, pero que los agentes en servicio están extremando las precauciones. El portavoz de la Patrulla Fronteriza en El Paso indicó que los agentes no han cambiado sus rutinas a raíz de estas amenazas, pero han comenzado a usar el chaleco antibalas, que "todos tienen pero que en el pasado algunos no utilizaban".

Cordero recordó que en el pasado este organismo había recibido amenazas y que en el año 2000 tuvieron informes de que narcotraficantes en el sector mexicano de la frontera habían puesto un precio de 250.000 dólares por cada agente de la Patrulla Fronteriza asesinado.

Detalló que desde entonces, especialmente en los últimos años, se han incrementado los ataques a los agentes, mayoritariamente cometidos con piedras o armas blancas. En los primeros seis meses del año fiscal 2010, que comenzó el 1 de octubre, se produjeron 33 agresiones, de las cuales 29 fueron con piedras, de acuerdo con datos de la Patrulla Fronteriza. El número de agresiones en el actual periodo casi igualan las registradas en todo el año fiscal 2009 (39 agresiones) y 2008 (35).

Cordero reiteró que, pese a que ninguna de las agresiones han causado la muerte de un agente en El Paso, éstas pueden poner en riesgo la vida de un oficial. Recordó un incidente, ocurrido hace cuatro años, en el que un agente que vigilaba las inmediaciones del río, por el área de Anapra, resultó herido de una pedrada en la cabeza y tuvo que recibir 34 puntadas para cerrar la herida.