El nivel de alerta en el volcán Nevado del Huila, en el sur de Colombia, fue elevado hoy por el Instituto Colombiano de Geología y Minería (Ingeominas) por la constante emisión de cenizas y el aumento de la actividad sísmica.

Ingeominas señaló en un reporte que en las últimas horas han ocurrido en el interior del volcán un total de 1.216 sismos, a la vez que se detectó una señal de tremor espasmódico que podría estar relacionado con la constante emisión de cenizas.

"En la presente semana se registró un total de 1.216 eventos sísmicos. De ellos, 68 estuvieron relacionados con fracturamiento de roca, 1.146 con la dinámica de fluidos dentro de los conductos volcánicos y 2 eventos híbridos", detalló.

Esa situación llevó a esa institución a subir a amarillo el nivel de alerta, lo que significa "el volcán está por encima del umbral base y que el proceso es inestable pudiendo evolucionar aumentando o disminuyendo esos niveles".

Ante esta situación, los organismos de socorro ordenaron mantener el estado de alerta en los municipios de Paicol, La Plata, Nátaga y Tesalia, ubicados en la zona de alto riesgo o en la ribera del río de las Ceibas en el departamento del Huila, lo mismo que en las poblaciones de Belalcázar e Inzá, en el del Cauca.

Un sobrevuelo del Ingeominas permitió observar que se mantienen los procesos de desgasificación, con un incremento de presiones de salida en varios focos de emisión, ubicados principalmente en la parte alta y periferia del domo nuevo.

También comprobaron la presencia de cenizas sobre la superficie del glaciar.

La cumbre de este pico andino ha hecho erupción en varias oportunidades en los últimos meses, pero no ha causado muertos, aunque sí daños en carreteras y puentes de la zona. La cima del volcán no presenta cráter visible y está coronada por un casquete glaciar de unos 13 kilómetros cuadrados.

Esta cumbre se levanta 5.364 metros sobre el nivel del mar y es la mayor altura de la Cordillera Central de Los Andes en Colombia.

En junio de 1994 una avalancha del río Paez tras la reactivación del Nevado del Huila causó la muerte de unos 1.100 indígenas paeces que habitaban aldeas ribereñas.