El LP (long play) o disco de vinil es el formato que se resiste a morir
(Imagen: JORGE PARÍS)
Por Dani Cabezas.-Frente al láser, sonido analógico. Frente a millones de canciones comprimidas en MP3, discos de gran formato. Frente a portadas pequeñas, grandes obras de arte. Frente a darle al play, el viejo ritual de sacar un LP de su funda, ponerlo en el tocadiscos, colocar la aguja… y dejarse llevar por la música.
Los discos de vinilo viven una segunda juventud. Lo que hasta hace pocos años resultaba prácticamente impensable, hoy es una realidad: de manera paralela al descalabro de los CD, los LP de toda la vida no sólo se mantienen, sino que repuntan de forma significativa.
Y aunque no lo hacen lo suficiente como para sacar a flote la maltrecha industria discográfica, su auge pone de manifiesto que, en un tiempo en el que el formato físico parece condenado al olvido, aún hay quien sigue apostando por él, resistiéndose a pensar que la música es algo intangible. No se trata sólo de nostálgicos, sino también de jóvenes que buscan en los discos de vinilo la autenticidad que parece escasear en la música actual.
"Nos intentaron engañar a todos con los CD", comenta airado José Ángel, un jovencísimo coleccionista de discos. "Y lo peor es que lo consiguieron. Pusieron a la venta los CD a un precio mayor que el de los LP, cuando todo el mundo sabe que fabricar un CD es infinitamente más barato", argumenta. "Nos dijeron que aquello era el futuro, que sonaba mucho mejor… Todo mentira", asegura. "Al final, el CD se irá al carajo y el vinilo sobrevivirá", vaticina.
Pepe es el dueño de Escridiscos, una de las pocas tiendas madrileñas que sobreviven a la crisis del sector. "Hemos vivido tiempos mejores", afirma con resignación tras 32 años en el negocio. "Pero el vinilo está en un buen momento. Finalmente, algunos se han dado cuenta de su superioridad". Para demostrarlo, coloca en el tocadiscos un LP de Frank Sinatra y sube el volumen. Suena Strangers in the Night y se le dibuja una sonrisa de placer. Eleva la voz. "Nunca un CD podrá sonar así. ¡Nunca!"
Un debate encendido
El debate vinilo vs. CD genera airosas discusiones entre los expertos en la materia. "Un vinilo siempre suena mejor porque reproduce la forma original de la onda de sonido y todas las frecuencias", asegura en un foro de Internet un experto en sonido. Otro internauta da la réplica: "Un vinilo se deteriora a las pocas veces de pasar la aguja por el surco. La calidad del CD es infinitamente mayor". Y un tercero sentencia: "El 99% de la población no apreciaría ni una sola diferencia entre uno y otro formato". Para gustos, los colores.
Más allá de disquisiciones puramente técnicas, de las que la Red está llena, hay algo que está fuera de toda duda: el tamaño de la portada de un vinilo, el encanto de recuperar el ritual de colocar la aguja sobre el surco y el inconfundible encanto del sonido analógico juegan a su favor.
Esos elementos son los que llevaron a Aitor, un bilbaíno afincado en Madrid, a fundar la distribuidora Atmósfera Abrupta Records, que sólo vende discos en vinilo. Aitor no ahorra elogios al formato. "El vinilo tiene mucha más pegada al ser analógico", asegura, "y produce un sonido más cálido y agradable. Además, es fundamental poder disfrutar del artwork en todo su esplendor".
Pase lo que pase con el futuro de la música, parece que el viejo vinilo sigue resistiéndose a abandonar nuestras vidas. Algunos están convencidos de que nunca lo hará.
El maravilloso mundo del 'single'
La cultura de la música en vinilo va indisolublemente ligada a la de los discos de siete pulgadas, los popularmente conocidos como singles. En Inglaterra, la gran meca europea de los discos de vinilo, el formato goza de gran popularidad. Tanta que las tiendas de discos anuncian semanalmente en una gran pizarra los nuevos singles que llegan los lunes al mercado. Cada domingo, los artistas se disputan los primeros puestos en los charts (o listas) de los singles más despachados.