La soledad es el sentirse solo, aunque se esté acompañado
La soledad es la ausencia de un vínculo afectivo profundo con otra persona. El solitario siente que nadie le aprecia ni comprende, que ninguna persona se interesa por su vida y sus problemas, aunque esté rodeado de una multitud.
¿Qué es?
La soledad es la ausencia de un vínculo afectivo profundo con otra persona. El solitario siente que nadie le aprecia ni comprende, que ninguna persona se interesa por su vida y sus problemas, aunque esté rodeado de una multitud. La soledad no elegida es uno de los peores enemigos de la estabilidad psicológica y emocional. Constituye un gran problema muy en auge en la actualidad , sobre todo y paradójicamente, en las grandes ciudades.
¿Qué la provoca?
Aislamiento emocional, que puede estar causado por problemas de carácter o por circunstancias vitales no deseadas que frustran (muerte de la pareja, traslado, etc.). La soledad suele generar sentimientos de insatisfacción y ansiedad que pueden desembocar en depresión o adicciones de todo tipo.
¿A quién afecta?
Es más habitual en la adolescencia (el temor a un mundo y a unos cambios físicos que no se comprenden ni se controlan, lleva a muchos jóvenes a la introversión) y en la vejez, cuando se han perdido a muchos seres queridos y hay pocas posibilidades de iniciar actividades sociales y laborales nuevas. Sin embargo, hoy en día, toda la franja intermedia entre los dos extremos, también puede sentirse amenazada por el fantasma de la soledad.
Factores que la favorecen
El desarraigo, el cambio frecuente de domicilio (que implica cortar lazos con familiares, amigos y conocidos), una larga enfermedad, una pérdida afectiva (el abandono de la pareja, la muerte de los padres o de los amigos), la forma de la vida de las grandes ciudades (relaciones más frías y menos íntimas que en las poblaciones pequeñas), el aumento de los divorcios y las separaciones, el auge de los valores individualistas, la ambición laboral desmedida, las profesiones solitarias, la competitividad, la recesión, falta de trabajo, etc, etc. La lista podría extenderse demasiado...
¿Cómo perjudica?
Con el paso del tiempo, la persona aislada socialmente tiende a volverse insegura y con baja autoestima, torpe en las relaciones, propensa a dar respuestas defensivas, egocéntrica (habla de sí mismo sin escuchar al otro), huraña y un poco agresiva. Cada vez le resulta más difícil relacionarse.
¿Cómo superar....la soledad?
Conocer gente parecería ser el remedio indicado; pero...¿cómo?. Una buena alternativa para propiciar las relaciones sociales es no dejar de aprovechar ninguna de las ocasiones de que se dispongan para conocer gente, asistiendo a reuniones y fiestas, viajando en grupo, haciendo cursos de poesía, pintura, inglés, asociaciones de karate, cocina o bailes de salón. Concurriendo a bares, discotecas, pubs, bibliotecas, shows,museos, ferias, conciertos, fiestas populares, inauguraciones, conmemoraciones, conferencias, etc. Y, ¿por qué no, colaborando en actividades comunitarias de tipo cultural, deportivo o festivo, haciéndose voluntario en una ONG (Organismo No Gubernamental). La lista, también acá, puede ser extensa; todo depende de las ganas y de la imaginación.
Otra alternativa es la convivencia con un perro, gato u otro animal doméstico; los beneficios psicológicos son, además, muchos: estimula a la persona, al ayudarle a expresar los sentimientos que reprime, y suple la falta de contacto e interacción humana positiva. También contribuye a potenciar la empatía y mejorar las habilidades sociales. Las mascotas pueden desempeñar el papel de un miembro ausente de la familia, reemplazando a los hijos que se han ido o no se han tenido, a un hermano pequeño o compañero de juegos o al ser querido mayor que ha fallecido.
Por último, aunque no por ello de menor importancia, está la posibilidad de conocerse para cambiar, y para ello, una terapia es recomendable. Mediante ésta se puede llegar a cambiar la percepción negativa que la persona tiene de sí misma, creando una auto confianza que le impulse a abrirse y analizar las ideas, acciones y emociones que le generan malestar, como asimismo, la exposición progresiva a las situaciones que se evitan (ir a fiestas, apuntarse a un viaje organizado), para aprender gradualmente a controlar el temor social.