El presidente Barack Obama tomará posesión de su cargo por tercera, cuarta y última vez con una fiesta de investidura con la que iniciará este fin de semana su segundo mandato, con un tono más moderado que en su histórico acto de juramento de hace cuatro años.

El alto desempleo y las luchas partidistas sobre las políticas fiscales han agotado en algunos la esperanza que marcó la primera toma de posesión de Obama, quien ganó los comicios presidenciales del 2008 para convertirse en el primer mandatario de raza negra de Estados Unidos.

Sin embargo, en esta ocasión, la toma de posesión se llevará a cabo en un ambiente menos festivo.
El domingo, después de una ceremonia de ofrenda floral en el Cementerio Nacional de Arlington, Obama será juramentado oficialmente en la Casa Blanca a las 11:55 hora local (1655 GMT), cumpliendo con el requisito constitucional que estipula que lo haga el 20 de enero.

Este evento no será público y contará con la presencia de miembros de su familia, colaboradores cercanos y medios de comunicación.

Obama repetirá el procedimiento el lunes con un acto público en el Capitolio.
Ambas veces el encargado de tomar el juramento será el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, quien en el 2009 debió repetir la acción por un error de procedimiento. Por esto, Obama deberá jurar entre domingo y lunes como presidente por tercera y cuarta vez.

Unas 800.000 personas se espera que acudan a Washington para el evento, una cifra menor al récord de 1,8 millones registrado en el 2009.

Se espera que Obama hable de la necesidad de realizar un compromiso político -un guiño a las peleas con los republicanos por el denominado "abismo fiscal"- y de elevar el techo de deuda de Estados Unidos.
También se referirá a los objetivos que espera abordar en su segundo mandato, dijo un funcionario de Gobierno. Es probable que las prioridades de su nuevo periodo al mando de la mayor economía del mundo sean la reducción del déficit, el control de armas, la reforma inmigratoria y la política energética.
Si bien los discursos pronunciados durante la segunda toma de posesión rara vez pasan a la historia, el acto del lunes es una oportunidad única para hablar ante millones de televidentes y buscar apoyo de cara a las próximas disputas políticas.