Obama será informado de los resultados el jueves y el presidente electo Donald Trump, recibirá la misma información el viernes.
Los directores de las principales agencias de inteligencia de Estados Unidos dijeron contrario a lo que cree el presidente electo, Donald Trum que no tienen dudas de que funcionarios rusos de alto nivel intervinieron en las elecciones de noviembre, pero se vieron presionados para reconocer que el país carece de una estrategia para disuadir ese tipo de acciones.
Uno a uno los directores reconocieron que Rusia estuvo detrás del robo de correos electrónicos del Comité Demócrata, y dijeron que fueron los rusos quienes filtraron la información a WikiLeaks, que Corea del Norte realizó el ataque contra Sony Pictures de 2014; y que en un acto de espionaje, China robó los datos de 22 millones de personas de la Oficina de Manejo de Personal del gobierno estadounidense en 2015.
Pero ante preguntas de los senadores, frustrados por la falta de respuesta específicamente al hackeo de las elecciones por parte de Rusia, los directores trataron de evadir las quejas y dijeron que aquellas deben ser estudiadas “caso por caso”.
El presidente de la Comisión, el senador John McCain estalló después de que el general Clapper ofreciera esa misma respuesta.
“Manejar la respuesta a los ataques caso caso por caso, eso no es una estrategia”, interrumpió McCain.
Clapper recién había reiterado que una respuesta en el campo cibernético a un ciberataque “quizá no sea una respuesta apropiada”.
“El problema es que si se responde en el contexto cibernético no sabemos qué tipo de reacción va a provocar”, dijo el general. Adelantó también la dificultad de crear disuasivos a esos ataques. “No hay una forma de disuadir el problema; en el dominio cibernético no hay dimensiones físicas como las medidas disuasivas nucleares que se puedan tocar y ver”, apuntó en comparación con los disuasivos usados durante la Guerra Fría.
El almirante Rogers habló de “imponer costos en el momento y el lugar que escojamos, como las sanciones que se impusieron la semana pasada”, por las que 35 agentes rusos fueron expulsados de Estados Unidos, pero apuntó que su mayor preocupación es “velocidad, velocidad, velocidad".
"Tenemos que ser más rápidos para responder”, remarcó.
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De igual manera, Rogers agregó, "si estamos buscando la solución perfecta no la vamos a encontrar; tenemos que pesar en una serie de respuestas en diferentes campos que los hagan pensar que el precio a pagar es demasiado alto".
Durante la audiencia, el senador McCain, dejó saber nuevamente que piensa que la interferencia rusa fue "un acto de guerra".
"Si se intenta destruir los fundamentos de la democracia, entonces se ha destruido una nación", dijo McCain el miércoles a los periodistas en el Capitolio. “Y por cierto, hay varios tipos de actos de guerra. No estoy diciendo que sea un ataque atómico. Sólo digo que cuando se ataca la estructura fundamental de una nación —lo cual han hecho—, entonces es un acto de guerra".
En respuesta al comentario de McCain, el general Clapper dijo creer que la intromisión en la elección "no cambió el recuento de votos… pero solo los funcionarios más altos de Rusia pueden haber autorizado los ataques".
"No podemos decir qué tanto cambiaron los hackers los resultados de la votación, pero conocemos la intención; si eso constituye un acto de guerra es un tema muy grande que no debemos considerar nosotros", se excusó.
Clapper también explicó que el hacking ruso a las elecciones solo fue una parte del ataque, en el que también hubo "actos de propaganda clásica, desinformación y noticias falsas", y además trataron "de esconder y enmascarar la fuente de la desinformación".
Los directores igualmente coincidieron que no solo Rusia representa una amenaza, sino también "China, Irán y Corea del Norte y los grupos terroristas alrededor del mundo representan un riesgo cibernético significativo para las fuerzas armadas de EE.UU."
"Los ciberataques no pueden ser eliminados, sino manejados, aunque muchos esfuerzos se están quedando cortos", dijo Clapper. "Si hay conexión con internet siempre habrá vulnerabilidades".
La interferencia de Rusia en las elecciones estadounidenses de 2016 también es el tema de una sesión informativa prevista para el presidente Barack Obama este mismo jueves.
El presidente ordenó a la comunidad de inteligencia revisar las posibles interferencias extranjeras que datan de las elecciones de 2008 que lo llevaron a la Casa Blanca.
Un funcionario estadounidense confirmó a Voz de América que Obama será informado de los resultados de la investigación el jueves y el presidente electo, Donald Trump, recibirá la misma información el viernes.
La Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) han llegado a la conclusión de que el gobierno ruso estuvo detrás del hacking de 2016 y divulgó intencionalmente los documentos a través de WikiLeaks para influenciar las elecciones.
Sanciones de Obama
Obama respondió a Rusia la semana pasada con un conjunto de sanciones dirigidas a las principales agencias de espionaje del país y la expulsión de 35 "agentes de inteligencia".
La agencia Reuters informó el miércoles que, según varios funcionarios estadounidenses, el gobierno de Obama recibió información después de las elecciones del 8 de noviembre, que consideró es prueba concluyente de que Rusia entregó la información obtenida por los hackers del Comité Nacional Demócrata a WikiLeaks a través de un tercero. Los funcionarios dijeron que la información influyó en las medidas del presidente contra Rusia.
Las dudas de Trump
Trump ha expresado repetidamente sus dudas de que Rusia se haya inmiscuido en la elección.
En una serie de tuits a partir del martes por la noche, Trump pareció burlarse de la CIA, el FBI y otras agencias, sugiriendo que todavía no tienen pruebas de que Rusia penetró en las computadoras del Partido Demócrata y entregó los documentos a WikiLeaks.
"El briefing de 'inteligencia' sobre el llamado 'hacking ruso' se retrasó hasta el viernes, tal vez más tiempo para construir un caso. ¡Muy extraño!”, dijo Trump.
Durante la audiencia de este jueves, Clapper comentó al respecto sin mencionar por nombre al presidente electo.
"Hay una importante diferencia entre escepticismo saludable y la incredulidad. La Comunidad de Inteligencia no es perfecta, a veces cometemos errores, pero creo que no siempre se reconoce lo que hacemos a diario para disuadir ataques", expresó.
Al final de la audiencia, el senador McCain dijo esperar que el presidente electo Trump, se de cuenta que la opinión de la Comunidad de Inteligencia es "valiosa", a pesar de no estar convencido de que la intervención rusa favoreció a Trump. "No he visto pruebas", dijo.