Nueva York en Marcha masica exige decisiones contra el cambio climático (Mira Fotos)
La preocupación de la indígena panameña es una más del crisol de alertas mundiales que se reflejaron durante la marcha de hoy, que comenzó en una esquina de Central Park y, después de tres horas de caminata, terminó en el oeste de la ciudad.
Muchos girasoles de cartón, una estatua inca de unos cuatro metros, un camión de biodiésel, un enorme flotador e innumerables objetos pudieron verse durante el recorrido, animado con bandas de salsa y de jazz, y muchos lemas en contra del cambio climático.
Al comienzo de la manifestación, prestaron su testimonio varios ciudadanos de todo el mundo que quisieron decir por qué llegaron aquí.
“He venido aquí porque busco un futuro más brillante para mis hijos, para mis nietos y para mi bisnietos”, dijo Stanley Sturgill, de 69 años, un minero del carbón del estado de Kentucky, ya retirado, que sufre de silicosis por los años que trabajó en las minas.
También estaba la joven Kathy Jetnil-Kijiner, de las Islas Marshall, en el Pacífico, un archipiélago que está a dos metros sobre el nivel del mar y que, a causa del calentamiento global, teme que lleguen a perderse miles de años de cultura y de historia.
“No queremos movernos de las islas”, afirmó.
A la manifestación se unió, durante un breve tramo, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, con una gorra azul y que acompañaba al alcalde de la ciudad, Bill de Blasio.
La marcha se llevó a cabo en vísperas de la Cumbre sobre el Clima que se celebrará el martes en Nueva York, a la que asistirán más de un centenar de gobernantes que vendrán también para participar en la Asamblea General de la ONU.
Fue convocada para impulsar el sentimiento popular a favor de acciones de los gobernantes para proteger el medio ambiente. Los organizaciones dijeron que actos con el mismo propósito se realizaron en un centenar de ciudades.
La de Nueva York comenzó diez minutos antes de lo previsto, después de una cuenta atrás de diez segundos que terminó con el empujón inicial de la manifestación.
Al final, en el oeste de la isla de Manhattan, esperaban refrescos, sillas y música, como la de la cantante de Benín Angelique Kidjo, quien dijo que quería recibir a los manifestantes para unirse a su causa.
“A todos nos interesa cuidar nuestra Tierra. Hasta a los hombres de negocio, porque, que yo sepa, no hay negocios en Marte”, bromeó.
Fue una movilización popular que sirvió para expresar todo tipo de preocupaciones.
Un pequeño grupo con banderas del Tibet pedían acción contra el cambio climático; otros protestaban contra el “shale” gas y un hombre con traje de pingüino lamentaba la pérdida de la capa de hielo.
Como es norma en las manifestaciones de Estados Unidos, había pocas pancartas grandes, pero decenas de miles de cartulinas personales, muchas con toques artísticos, para reflejar cada sentimiento particular.