El informe es concluyente y deja sin esperanzas de saber qué ocurrió a las familias de las víctimas sobre la desaparición del vuelo de Malaysia Arlines
Kuala Lumpur – Beijing. Código del vuelo: MH370. Un trayecto de rutina de la empresa Malaysia Arlines con 12 tripulantes y 227 pasajeros abordaron el 8 de marzo de 2014. Ninguna de esas almas sabía que minutos después del despegue desaparecerían por completo y formarían parte del mayor misterio de la historia de la aeronáutica moderna.
Simplemente, el avión dejó de existir para los radares, rastreadores y toda la tecnología disponible en pleno siglo XXI. Y fue buscado durante 1.046 días hasta el pasado 17 de enero.
Tres gobiernos -China, Malasia y Australia- dedicaron decenas de millones de dólares y cientos de personas a trabajar en su búsqueda. ¿Cómo podía ser que sencillamente nada se supiera del vuelo MH370? ¿Qué había pasado? ¿Un ataque terrorista? ¿Un plan de secuestro en el que estuvieran implicados los pilotos? Las teorías comenzaron a ocupar espacios como ondas expansivas, sin control.
Pero el reporte final realizado por la Oficina de Seguridad del Transporte del Gobierno Australiano (ATSB, por sus siglas en inglés) resultó brutal para las esperanzas de las familias de las víctimas. Básicamente el informe admite que nunca se sabrá qué ocurrió con la aeronave.
En uno de los párrafos iniciales del Sumario Ejecutivo del reporte final se lee: "Las razones de la pérdida de MH370 no pueden establecerse con certeza hasta que se encuentre la aeronave. Es casi inconcebible y ciertamente inaceptable desde el punto de vista social en la era de la aviación moderna, con 10 millones de pasajeros embarcando aviones comerciales todos los días, que un avión grande desaparezca y que el mundo no sepa con certeza qué pasó con la nave y con quienes estaban a bordo".
"La ATSB expresa sus más profundas condolencias a las familias de los pasajeros y a la tripulación a bordo del MH370. Compartimos su dolor profundo y prolongado y lamentamos profundamente ho haber podido localizar el avión, ni esas 239 almas a bordo que siguen desaparecidas".
El resto del informe de 431 páginas se refiere a las especificaciones técnicas sobre cómo fue la búsqueda que los tres países realizaron. China y Australia anunciaron que sus tareas de rastrillaje finalizaron en enero, mientras que Malasia continuará con las labores.
El reporte, detallado al extremo, muestra imágenes de los restos del avión que fueron encontrados en Mozambique, Sudáfrica y Mauritania. Desde caracoles hasta algas, todo fue analizado. En las fotografías identifican la macrofauna que se adhirió a las partes del avión y sirvieron a los investigadores y peritos determinar el tiempo que éstas permanecieron en las alas y de dónde eran originarias. Sin embargo, nada de ello sirvió para demostrar dónde pudo haber caído el Malaysia Arlines.
También se describen las áreas que fueron rastrilladas (770 mil kilómetros cuadrados), la tecnología empleada y la cantidad de hombres que se abocaron sin éxito a la búsqueda más intrigante de la historia de la aviación.