La sal cómo afecta el organismo causando enfermedades como alta presión y contribuir a ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares
Cada vez hay más evidencia de que demasiada sal (específicamente el cloruro de sodio agregado para preservar y realzar el sabor de muchos alimentos altamente procesados) está enfermando a las personas.
Puede causar presión arterial alta y contribuir a ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. También se asocia con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de estómago y colon, enfermedad de Ménière, osteoporosis y obesidad.
¿Cómo una sustancia que antes se pensaba que valía su peso en oro pudo haberse transformado en algo que muchas instituciones médicas consideran un indicador clave de enfermedades?
Los grupos de presión de la sal pueden ser una respuesta a esta pregunta.
Y como gastroenterólogo e investigador científico de la Universidad de Washington, quiero compartir la creciente evidencia de que los microbios de las profundidades de tu intestino también podrían arrojar algo de luz sobre cómo la sal contribuye a las enfermedades.
Polvorín de presión arterial
El papel del sodio en la presión arterial y las enfermedades cardíacas se debe en gran medida a que regula la cantidad de agua dentro de los vasos sanguíneos.
En términos simples, cuanto más sodio hay en la sangre, más agua atrae hacia los vasos sanguíneos.
Esto conduce a una presión arterial más alta y, posteriormente, a un mayor riesgo de sufrir un ataque cardíaco y un accidente cerebrovascular.
Algunas personas pueden ser más o menos sensibles a los efectos que tiene la sal sobre la presión arterial.
Investigaciones recientes sugieren otra forma en que la sal puede aumentar la presión arterial: alterando el microbioma intestinal.
La sal provoca una disminución de los microbios saludables y de los metabolitos clave que producen a partir de la fibra.
Estos metabolitos disminuyen la inflamación en los vasos sanguíneos y los mantienen relajados, lo que contribuye a reducir la presión arterial.
Con la excepción de ciertos organismos que prosperan en la sal, llamados halófilos, los niveles altos de sal pueden envenenar a casi cualquier microbio, incluso aquellos que tu cuerpo quiere mantener cerca.
Es por eso que la gente lleva mucho tiempo usando sal para conservar los alimentos y mantener alejadas las bacterias no deseadas.
Pero las dietas modernas suelen tener demasiado sodio. Según la Organización Mundial de la Salud, el consumo saludable asciende a menos de 2.000 miligramos al día para un adulto medio.
La ingesta media mundial de 4.310 miligramos de sodio probablemente ha elevado la cantidad de sal en el intestino por encima de los niveles saludables.
La sal en la obesidad
El sodio está relacionado con otras consecuencias para la salud además de la presión arterial, y su microbioma también puede desempeñar un papel aquí.
Las dietas altas en sodio y los niveles más altos de sodio en las heces están significativamente vinculados con trastornos metabólicos, incluidos niveles elevados de azúcar en sangre, enfermedad del hígado graso y aumento de peso.
De hecho, un estudio estimó que por cada gramo de aumento diario en el sodio de la dieta, existe un 15% más de riesgo de obesidad.
Un estudio dietético estándar de los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU. encontró que aquellos que siguieron una dieta de alimentos ultraprocesados durante dos semanas consumieron alrededor de 500 calorías más y pesaron alrededor de 1 kilo más en comparación con aquellos que seguían una dieta mínimamente procesada.
Una de las mayores diferencias entre las dos dietas fue el consumo adicional de 1,2 gramos de sodio con las dietas ultraprocesadas.
Una de las principales explicaciones de por qué el aumento de sal puede provocar un aumento de peso a pesar de no tener calorías es que el sodio aumenta los antojos.
Cuando el sodio se combina con azúcares simples y grasas no saludables, estos alimentos llamados hiperapetitosos pueden estar relacionados con el aumento de grasa, ya que son particularmente buenos para estimular los centros de recompensa en el cerebro y conductas alimentarias similares a las adicciones.