Hato Rey,Puerto Rico.-Héctor Aponte Alequín / Primera Hora.-Creyeron en el júbilo, el romance, la alabanza, la sanación, la reflexión social y el humor. Tercer Cielo y sus seguidores profesaron la noche del sábado en el Coliseo de Puerto Rico, en Hato Rey, las formas más vívidas del amor.
Evelyn Herrera y Juan Carlos Rodríguez sorprendieron con la fiesta urbana y caribeña en la que convirtieron su melodía Locos por Jesús al entrar al escenario cerca de las 9:40 de la noche. Banderas monocromáticas se ondearon entre las gradas al tiempo que un cuerpo de baile interpretativo con camisas de caritas felices y llamas de fuego cundían la tarima.
“Esta noche es tan especial, tan importante. Es un honor y un privilegio poder compartir con gente tan bella como ustedes”, saludó el dominicano Juan Carlos al finalizar la bachata Entre tú y yo. La balada Regalo de Dios también fue revestida con ese ritmo dominicano. “We love you so much, guys (Nosotros los amamos tanto, chicos)”, completó Evelyn, nacida en Phoenix, Arizona, con ascendentes mexicanos.
Antes, fueron coreados durante Si no estás junto a mí y presentados por un vídeo humorístico en el que se aludió al “virus” de Tercer Cielo.
“En estos días (en los) que ocurren terremotos, hay gente que promete que va a cambiar y al otro día se salvan y están chilin. Hay que tener cuidado con los pactos que se hacen con Dios”, advirtió Juan Carlos. Relató, además, que a sus 15 años estuvo a punto de involucrarse en el mundo de las drogas ilegales y que le dieron la visa para ir a Estados Unidos de manera “milagrosa” porque prometió que se dedicaría a llevar el mensaje divino.
Esta experiencia se atenuó con el hecho de que, según él, carecía de talento para cantar, y dio paso al tema de crítica social Cada día, con el que oraron por la juventud boricua, especialmente los adolescentes que se creen dueños de las calles.
En esa línea de pensamiento, la lluvia de sucesos inesperados que ha lastimado al mundo recientemente debe interpretarse como una oportunidad de conversión, y la que mojó el área metro esa noche como un símbolo de bendición, según plantearon al entonar Llueve cerca de la mitad de la velada. Para los espectadores, sin embargo, la precipitación fue de ternura, pues Juan Carlos no paró de llamar “mi princesa” a su esposa y hasta accedieron a darse un beso de piquito ante el llamado de la audiencia.
Este cariño matizó el mensaje de concienciación predominante en el concierto, que también contó con un acto teatral en el que un niño armado vencía a un soldado mientras Evelyn alzaba su voz en solitario en Por fe. El público se mostró en todo momento alegre, organizado y ávido de llorar y elevar alabanzas de pie. Demostró, asimismo, que se sabe casi todos los cortes del grupo. Las ovaciones más intensas fueron para Dios, pues así lo pidió Tercer Cielo.
Un “Creeré” especialEl siguiente segmento del recital comenzó cuando Juan Carlos se sentó al piano para interpretar un popurrí de baladas con tonadas suaves, pero fuertes invitaciones a aceptar a Dios a partir de la sensibilización ante el dolor ajeno, lo cual él vivió en el mundo pandillero. Mi último día, Como un libro abierto y Mi destino, con Evelyn de vuelta, continuaron con el tono emotivo, salpicado por la sensación de un hombro de apoyo que dieron con Vuelve a soñar, dirigido a una joven cuyo corazón ha sido roto por un hombre, y No tengas miedo.
Yo te extrañaré, por otra parte, fue súper aplaudida, coreada y aprovechada para actos de sanación. El tema fue acompañado con un vídeo sobre la noticiada muerte de Nicole Muñiz.
Pero el clímax, sin duda, llegó con el éxito radial del dúo, Creeré, que unió en una sola voz a los miles de presentes de la misma forma que lo hizo en la apertura de los Juegos Latinoamericanos de las Olimpiadas Especiales, hace dos sábados en el estadio Hiram Bithorn, en Hato Rey. Un vídeo de este acontecimiento fue exhibido justo antes de que parte de la delegación boricua subiera al escenario con una gran bandera que decía “Creeré” y se le entregara a Evelyn y Juan Carlos el reconocimiento al disco de oro por vender 50,000 ejemplares en Puerto Rico de su álbum Gente común, sueños extraordinarios.
Éste fue el supuesto cierre, pues el ambiente festivo retornó con las ñapas Música por dentro y Latinoamérica, con referencias a la unión de estos países, a las 11:40 de la noche.
Hipnotización efectivaLa comicidad también tuvo su espacio cuando Juan Carlos agarró al micrófono tras cambiarse de ropa y, entre otras equivocaciones, mencionó el nombre del gobernador de Puerto Rico, Luis Fortuño, quien de inmediato fue abucheado. Narró, además, que recientemente identificó con ese puesto a Jorge Santini, alcalde de San Juan, nombre que fue aplaudido.
Tercer Cielo se distinguió por repetir a capella pedazos de canciones ya finalizadas, táctica que, tras la magnífica musicalización de cerca de una decena de instrumentistas, mantuvo a la audiencia hipnotizada por más tiempo del acostumbrado.
El espectáculo, constituido por cerca de 23 números, tuvo como telonera a la solista dominicana Isabelle, cuya potente voz avivó la masa con cinco canciones en ritmos de balada, pop y un refrescante R&B. La escenografía constó de cinco pantallas gigantes en las que se mostró un plácido firmamento con despliegues de colores.
Curiosamente, cuando se interpretó Exagerado amor, se escuchó constantemente un sonido similar al de una serpiente lista para atacar a su presa, y en las pantallas aparecieron los colores negro, amarillo y rojo, los mismos de la víbora coralillo, que puede llegar a matar a un ser humano con una sola picada.
Tuvieron breves intervenciones antes del show el locutor Joelo Santiago y el productor del evento, José “Pepe” Dueño, quien dio su testimonio de fe, motivo por el cual decidió traer a Tercer Cielo a Puerto Rico. El boxeador Juanma López, y los cantantes Danny Rivera, RKM & Ken-Y y Vico C fueron algunos de los fanáticos que se identificaron entre la sección de arena.
