Las fantasías sexuales no son pecado por el contrario la imaginación es el mejor afrodisíaco que existe
No debes creer ni pensar que las fantasías sexuales son pecado, por el contrario la imaginación es el mejor afrodisíaco que existe.
Se debe tratar de que la primera sea muy inocente. Puede ser que su fantasía predilecta sea ser una porrista de un equipo deportivo que de repente se encuentra desnuda en el vestier de los jugadores, con todo el equipo. Eso está bien, pero dígale a su pareja que su fantasía es que él la encuentre desnuda en casa, luego de una jornada de trabajo hasta tarde en su oficina. Si reacciona de manera positiva, puede avanzar con cautela para ir contándole sus verdaderas fantasías.
La regla de oro, si le cuenta sus fantasías a su compañero, debe estar preparada para escuchar las de él. Si cree que se puede poner celosa, entonces ni se le ocurra seguir con esta aventura. La imaginación es el mejor afrodisíaco que existe. Las fantasías sexuales solo o en pareja no son una aberración, sino grandes aliadas de unas relaciones sexuales sanas y plenamente satisfactorias. Lejos del concepto de “pecado” que arrastraron por mucho tiempo, las fantasías se consideran hoy válvulas de escape o herramientas para avivar la pasión.