Dos agujeros negros en Virgo se dirigen a una "colisión masiva", dijo Zoltan Haiman, astrónomo de la Universidad de Columbia
Una enorme explosión que no se tiene prevista sino hasta dentro de un centenar de milenios podría ayudar a los astrónomos a probar una de las teorías centrales de la física, de acuerdo con uno de los autores de un nuevo artículo.
Dos agujeros negros en Virgo se dirigen a una "colisión masiva", dijo Zoltan Haiman, astrónomo de la Universidad de Columbia, en un comunicado de prensa de Columbia publicado en el Science Daily. Haiman es coautor de un artículo que fue publicado en la revista Nature, el cual examinaba destellos procedentes de un quásar.
Los destellos, según Haiman y sus coautores, Daniel D'Orazio y David Schiminovich de Columbia, provienen de un par de agujeros negros que orbitan entre sí en el quásar PG 1302-102, a una distancia de aproximadamente 3.500 millones años luz. Los dos agujeros negros están a una distancia de aproximadamente una o dos semanas-luz... a menos de 322.000 millones de kilómetros. Eso es mucho más cerca que la distancia que existe entre la Tierra y su próxima estrella más cercana, Próxima Centauri, que es más de 4 años luz (38,6 billones de kilómetros) de nuestro planeta.
Irónicamente, tomando en cuenta que un año luz es la distancia que viaja la luz en un año, lo que los astrónomos están viendo en PG 1302-102 en realidad ocurrió cuando la vida acababa de emerger en la Tierra.
En cualquier caso, Haiman y sus colegas creen que el par de agujeros negros chocará en unos 100.000 años, lo cual es prácticamente mañana en tiempo cósmico. Por otra parte, los agujeros son increíblemente grandes: combinados, son del tamaño de mil millones de soles, según The New York Times.
Haiman, D'Orazio y Schiminovich estaban usando de base la investigación de algunos astrónomos de Caltech, quienes inicialmente notaron que los dos agujeros negros se encontraban en una órbita cerrada que giraba rápidamente.
Las implicaciones son profundas. Los astrónomos no tendrán que esperar 100.000 años para que el PG 1.302-102 haga su trabajo; gracias a los conocimientos adquiridos en el estudio —incluyendo algunas formas de detectar otros pares de agujeros negros— ellos podrán enfocarse en otros binarios y tienen la esperanza de detectar una colisión en los próximos 10 años.
De acuerdo con la teoría de la relatividad general de Einstein, tal choque debería liberar monumentales ondas gravitacionales... ondas que aún deben ser detectadas.
"La detección de ondas gravitacionales nos permite sondear los secretos de la gravedad y la prueba de la teoría de Einstein en el ambiente más extremo de nuestro universo... agujeros negros", dijo D'Orazio, un estudiante graduado de Columbia y autor principal del estudio. "Llegar allí es un santo grial para nuestro campo".