Estados Unidos aprobó 46 nuevos medicamentos el año pasado, más del doble que en 2016 y un récord en 21 años
Estados Unidos aprobó 46 nuevos medicamentos el año pasado, más del doble que en 2016 y un récord en 21 años, mientras que en 2017 también aumentó la cantidad de medicamentos que recibieron luz verde en la Unión Europea.
La UE recomendó 92 fármacos novedosos incluidos genéricos, más que los 81 del año anterior, y China planea acelerar las autorizaciones en el segundo mercado más grande del mundo después de Estados Unidos.
Con todo, los principales laboratorios a nivel global registraron caídas en sus retornos por inversión en investigación y desarrollo, lo que refleja mayores presiones competitivas y una creciente participación de nuevos productos provenientes de compañías biotecnológicas más incipientes.
Muchos de los fármacos aprobados en 2017 fueron para el tratamiento de enfermedades poco frecuentes y algunos subtipos de cáncer, que suelen apuntar a un público reducido y pueden costar cientos de miles de dólares.
Las 46 autorizaciones de nuevos medicamentos en Estados Unidos no incluyen la primera serie de terapias celulares y génicas de Novartis, Gilead Sciences y Spark Therapeutics, aprobadas el año pasado pero en una categoría aparte.
El comisario de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), Scott Gottlieb, calificó los productos como un "nuevo paradigma científico para el tratamiento de enfermedades graves". Pero el debate gira en torno a cómo harán unos sistemas sanitarios repletos de limitaciones presupuestarias para pagar por las terapias.
Para el año que acaba de empezar, las compañías tienen más productos nuevos esperando su aprobación, pero el ritmo de las autorizaciones de la FDA aminoraría porque muchos de los fármacos que se preveía que fueran aprobados en el primer trimestre del 2018 ya recibieron luz verde en 2017, gracias a una aceleración en los procesos de la FDA.
En Europa, en tanto, el foco estará puesto en cualquier interrupción o demora en el proceso de autorizaciones que pueda surgir mientras la Agencia Europea de Medicamentos se prepara para cambiarse a Amsterdam desde Londres como consecuencia de la decisión británica de abandonar la Unión Europea.