El sitio web publico.es trae una curiosa nota este lunes sobre la adicción sexual. Tratan el caso de Adrián, un hombre latinoamericano que vive en España y que se consideraba “un pelele al servicio de sus impulsos” antes de iniciar un tratamiento para combatir su trastorno.

“Era un pelele al servicio de mis impulsos (…) (la adicción) no tiene solución hasta que te das cuenta de que lo tienes”, dice Adrián.

La adicción al sexo existe, y se cura con tratamiento psiquiátrico, no con “moralina e hipocresía”, según señala el psiquiatra Vázquez Roel, director de la clínica Capristano de Mallorca.

La adicción al sexo es prácticamente una novedad, un trastorno muy poco conocido y que pusieron en el mapa famosos como Michael Douglas o John Kennedy.

Aunque no existe un perfil oficial de los sexoadictos, los expertos coinciden en señalar la baja autoestima, la inseguridad y la impulsividad como características fundamentales.

En Europa o Latinoamérica no existen cifras sobre esta peculiar adicción, pero en Estados Unidos se calcula que cerca del 6% de la población la padece.

“Los sexoadictos sienten una ansiedad por el sexo que va creciendo en una escala progresiva”, dice Josep María Farre, otro experto en la materia, y Adrián lo confirma.

“Mi ansiedad por el sexo era cada vez mayor. Sentía el mono y en cuanto me cruzaba con una mujer tenía que conquistarla y llevármela a la cama. Era todo un reto”, dijo a publico.es.

Adrián reveló que antes de entrar a terapia para superar su adicción al sexo tenía “relaciones sexuales completas con tres o cuatro mujeres al día (…) estaba física y psicológicamente cansado”.

Puede parecer muy divertido, pero quizá no lo sea, según explica la psicóloga Vega González.

“Además de las consecuencias económicas se gastan el dinero en prostitutas y laborales llegan incluso a conectarse en el trabajo para consumir porno, también están las matrimoniales”.

Por lo pronto parece haber sido el amor lo que ha alejado a Adrián de su adicción. “Ahora que vuelvo a tener una pareja estable, no quiero perderla porque la amo mucho”, declaró.

Con información de publico.es

Nueva York,N.Y.-"La verdad es como el corcho"....que al final sale a flote"....es algo que venimos escuchando desde nuestros abuelos.

Desde que empeze a notar los diferentes amorios o romances en tan corto tiempo de esta legendaria figura,pense que era un "Playboy" de alto calibre,pero llego el momento en que empezamos a notar cierto cambio en la relacion de esos romances,llegando inclusive a culpar o acusar a las feminas como las protagonistas del desbalance de cada encuentro.

Ahora viene a relucir de que la verdad es como el corcho,de que tarde o temprano todo se sabe.Exceso de de mujeres,supuesta cirujia,en fin una series de falsedades y sobre todo un misterio,y ahi ven el resultado de un hombre frustrado.

Luis Miguel es una figura artistica que se debe a un publico,y si el no quiere estar en contacto con su publico a mi me da lo mismo.La vida oscura de este cantante de que ya habría estado varias veces internado por su adicción a la cocaína y al alcohol.
Después de que la ex mujer de Luis Miguel denunciara una presunta campaña de marketing para promocionar la salida de su próximo disco, José Manuel Gallego, el tío del mexicano, no aguanto mas y rompió el silencio relatando el drama familiar en un programa de la televisión española.

“Su padre le daba drogas desde los once años para que pudiera cantar porque tenía muchas presentaciones”, empezó contando el tío que, además, advirtió que la salud del músico ya habría estado en cuidados intensivos: “Estuvo varias veces en coma. Además entró y salió de rehabilitación porque es adicto a las drogas y al alcohol”.

Gallego contó también que el mexicano tiene serios problemas emocionales porque fue testigo de cómo sus padres se drogaban desde muy pequeño. En tanto, la verdad sobre la salud del cantante permanece guardada bajo siete llaves y, por el momento, parece que no hay intenciones de que sea develada.

Lo que comienza termina,y sin temor a equivocarme, creo que ha llegado el fin de Luis Miguel