Odile huracan de categoría 3 que se preveía tocara tierra en torno a la medianoche del domingo
CABO SAN LUCAS, México.-Pobladores de pequeñas localidades de pescadores y miles de turistas de las zonas hoteleras llenaron los refugios habilitados en el sur de la península de Baja California para aguantar el impacto del huracán Odile, de categoría 3, que se preveía tocara tierra en torno a la medianoche del domingo, hora local.
Autoridades federales dijeron que el meteoro era de "alta peligrosidad" e impactaría en Los Cabos, la punta más meridional de la península, donde al caer la noche se esperaban fuertes vientos, lluvias torrenciales, amplias inundaciones, deslizamientos de tierras y olas de hasta 10 metros de altura, dijo David Korenfeld, director de la Comisión Nacional del Agua.
No obstante, la alerta máxima por huracán se activó también en toda la zona sur, incluida la costa este hasta Loreto y también se mantenían activados los protocolos de emergencia en el resto de la península y en los estados continentales de Sonora, Sinaloa, Nayarit y Jalisco.
El Centro Nacional de Huracanes en Miami informó que Odile tenía el domingo por la noche vientos máximos sostenidos de 205 kilómetros por hora (125 millas por hora) y su vórtice se ubicaba a solo 45 kilómetros (30 millas) al sureste de Los Cabos. Se desplazaba en dirección norte-noroeste a 28 kph (17 mph) y a lo largo de lunes se movería muy cerca o sobre la península de Baja California.
La institución meteorológica agregó que los vientos huracanados se sentirían a 85 km (50 m) del vórtice, mientras que los efectos de tormenta tropical llegarían hasta los 295 km (185 m).
El aeropuerto internacional de Los Cabos se cerró la tarde del domingo después de cancelar varios. En la zona había el domingo 30.000 turistas, 26.000 de ellos extranjeros, dijo Luis Felipe Puente, coordinador nacional de Protección Civil.
Las autoridades mexicanas subrayaron que toda la península está en alerta porque Odile es mucho más peligroso que las tormentas tropicales que el año pasado destruyeron muchas zonas del estado de Guerrero, en el sur del Pacífico.
La evacuación de locales y visitantes se inició desde primera hora de la tarde y comenzó con los habitantes de las localidades más vulnerables. Por la noche, más de 3.000 se habían instalado en los salones más resguardados de los 18 hoteles acondicionados como refugios temporales con mallas anticiclónicas en las ventanas, o en diversas escuelas de la zona habilitadas como albergues.
"Es un poco incómodo que no tengamos otra opción que sentarnos a esperar, eso me hace sentir un poco de miedo", explicó Denise Mellor, una turista californiana que acudió a uno de esos refugios.
Un total de 164 albergues estaban listos para acoger hasta 30.000 personas y más de 3.300 efectivos -1.100 del ejército y 2.271 de la marina- fueron puestos en alerta en distintos puntos de Baja California y de los estados continentales de Sonora, Sinaloa, Nayarit y Jalisco, que también podrían ser afectados por la creciente fuerza del viento y el oleaje.
En Cabo San Lucas, el extremo más meridional de la península, comenzaron desde la tarde las compras de emergencia de gasolina, agua embotellada, comida, lámparas de mano y pilas. Los negocios del centro de la localidad colocaron tablas para protegerse y la policía local recorría las colonias en situación más crítica con megáfonos para solicitarle a los habitantes que se trasladaran a los albergues mientras parte del millar de efectivos de la marina desplegados en el estado hacían lo mismo en zonas rurales.
"Nos va a pegar, no arriesguen su vida", alertó Marcos Covarrubias, gobernador de Baja California Sur.
El Comité Nacional de Emergencias quedó activo desde la mañana, con todo tipo de unidades de urgencia activas para cualquier imprevisto y fueron anuladas las clases en todas las escuelas del estado así como los actos propios del día de la independencia que se celebra el lunes por la noche.
"Me voy. Acá está muy peligroso. Más tarde vamos a quedar incomunicados y mi casa de madera y lámina de cartón no va aguantar mucho", dijo a la AP Felipa Flores, originaria del estado de Guerrero y habitante de la colonia El Caribe, mientras guardaba sus pertenencias principales en una bolsa de plástico y alistaba a sus dos hijos para irse al albergue.
"Lo más importante es que la población esté en alerta preventiva" y atenta a la información de protección civil, añadió el responsable nacional de Protección Civil.
Las autoridades también avisaron de que la Comisión Federal de Electricidad cortaría el suministro en algunos puntos para evitar problemas mayores por si el viento llegara a derribar alguna torre de alta tensión, pero por la tarde sólo se había informado de la caída de algunos postes. La Comisión tiene preparadas 17 plantas de emergencia y dos helicópteros para atender urgencias.
Todos los puertos en Baja California Sur quedaron cerrados y se pidió a las embarcaciones utilizar el de Guerrero Negro, en el centro de la península, que a última hora del domingo todavía operaba.
A principios de septiembre, el huracán Norbert, que llegó a alcanzar categoría 3, dañó sobre todo el puerto de San Carlos, en el centro de la península, y 1.000 viviendas de pescadores resultaron afectadas cuando el fuerte oleaje rompió un muro, incluso a pesar de que el meteoro no tocó tierra.
Por otra parte, también se esperan fuertes precipitaciones en distintos puntos de otros estados del centro y norte de México, mientras en el este del país se aproxima rápidamente la onda tropical número 30 que provocará fuertes lluvias en la península de Yucatán.
En el Atlántico, Edouard, ya se convirtió en huracán categoría 1 pero permanece muy alejado de la costa y no supone ninguna amenaza.
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Alba Mora Roca está en Twitter como https://twitter.com/albamoraroca
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María Verza contribuyó a este despacho desde la Ciudad de México.
© 2014, La Prensa Asociada.
Autoridades federales dijeron que el meteoro era de "alta peligrosidad" e impactaría en Los Cabos, la punta más meridional de la península, donde al caer la noche se esperaban fuertes vientos, lluvias torrenciales, amplias inundaciones, deslizamientos de tierras y olas de hasta 10 metros de altura, dijo David Korenfeld, director de la Comisión Nacional del Agua.
No obstante, la alerta máxima por huracán se activó también en toda la zona sur, incluida la costa este hasta Loreto y también se mantenían activados los protocolos de emergencia en el resto de la península y en los estados continentales de Sonora, Sinaloa, Nayarit y Jalisco.
El Centro Nacional de Huracanes en Miami informó que Odile tenía el domingo por la noche vientos máximos sostenidos de 205 kilómetros por hora (125 millas por hora) y su vórtice se ubicaba a solo 45 kilómetros (30 millas) al sureste de Los Cabos. Se desplazaba en dirección norte-noroeste a 28 kph (17 mph) y a lo largo de lunes se movería muy cerca o sobre la península de Baja California.
La institución meteorológica agregó que los vientos huracanados se sentirían a 85 km (50 m) del vórtice, mientras que los efectos de tormenta tropical llegarían hasta los 295 km (185 m).
El aeropuerto internacional de Los Cabos se cerró la tarde del domingo después de cancelar varios. En la zona había el domingo 30.000 turistas, 26.000 de ellos extranjeros, dijo Luis Felipe Puente, coordinador nacional de Protección Civil.
Las autoridades mexicanas subrayaron que toda la península está en alerta porque Odile es mucho más peligroso que las tormentas tropicales que el año pasado destruyeron muchas zonas del estado de Guerrero, en el sur del Pacífico.
La evacuación de locales y visitantes se inició desde primera hora de la tarde y comenzó con los habitantes de las localidades más vulnerables. Por la noche, más de 3.000 se habían instalado en los salones más resguardados de los 18 hoteles acondicionados como refugios temporales con mallas anticiclónicas en las ventanas, o en diversas escuelas de la zona habilitadas como albergues.
"Es un poco incómodo que no tengamos otra opción que sentarnos a esperar, eso me hace sentir un poco de miedo", explicó Denise Mellor, una turista californiana que acudió a uno de esos refugios.
Un total de 164 albergues estaban listos para acoger hasta 30.000 personas y más de 3.300 efectivos -1.100 del ejército y 2.271 de la marina- fueron puestos en alerta en distintos puntos de Baja California y de los estados continentales de Sonora, Sinaloa, Nayarit y Jalisco, que también podrían ser afectados por la creciente fuerza del viento y el oleaje.
En Cabo San Lucas, el extremo más meridional de la península, comenzaron desde la tarde las compras de emergencia de gasolina, agua embotellada, comida, lámparas de mano y pilas. Los negocios del centro de la localidad colocaron tablas para protegerse y la policía local recorría las colonias en situación más crítica con megáfonos para solicitarle a los habitantes que se trasladaran a los albergues mientras parte del millar de efectivos de la marina desplegados en el estado hacían lo mismo en zonas rurales.
"Nos va a pegar, no arriesguen su vida", alertó Marcos Covarrubias, gobernador de Baja California Sur.
El Comité Nacional de Emergencias quedó activo desde la mañana, con todo tipo de unidades de urgencia activas para cualquier imprevisto y fueron anuladas las clases en todas las escuelas del estado así como los actos propios del día de la independencia que se celebra el lunes por la noche.
"Me voy. Acá está muy peligroso. Más tarde vamos a quedar incomunicados y mi casa de madera y lámina de cartón no va aguantar mucho", dijo a la AP Felipa Flores, originaria del estado de Guerrero y habitante de la colonia El Caribe, mientras guardaba sus pertenencias principales en una bolsa de plástico y alistaba a sus dos hijos para irse al albergue.
"Lo más importante es que la población esté en alerta preventiva" y atenta a la información de protección civil, añadió el responsable nacional de Protección Civil.
Las autoridades también avisaron de que la Comisión Federal de Electricidad cortaría el suministro en algunos puntos para evitar problemas mayores por si el viento llegara a derribar alguna torre de alta tensión, pero por la tarde sólo se había informado de la caída de algunos postes. La Comisión tiene preparadas 17 plantas de emergencia y dos helicópteros para atender urgencias.
Todos los puertos en Baja California Sur quedaron cerrados y se pidió a las embarcaciones utilizar el de Guerrero Negro, en el centro de la península, que a última hora del domingo todavía operaba.
A principios de septiembre, el huracán Norbert, que llegó a alcanzar categoría 3, dañó sobre todo el puerto de San Carlos, en el centro de la península, y 1.000 viviendas de pescadores resultaron afectadas cuando el fuerte oleaje rompió un muro, incluso a pesar de que el meteoro no tocó tierra.
Por otra parte, también se esperan fuertes precipitaciones en distintos puntos de otros estados del centro y norte de México, mientras en el este del país se aproxima rápidamente la onda tropical número 30 que provocará fuertes lluvias en la península de Yucatán.
En el Atlántico, Edouard, ya se convirtió en huracán categoría 1 pero permanece muy alejado de la costa y no supone ninguna amenaza.
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Alba Mora Roca está en Twitter como https://twitter.com/albamoraroca
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María Verza contribuyó a este despacho desde la Ciudad de México.
© 2014, La Prensa Asociada.