Vladimir Putin advirtió este domingo a Donald Trump que si bombardea a Siria otra vez se produciría “inevitablemente” un caos
Las declaraciones del mandatario ruso tienen lugar en medio de un creciente pulso entre los dos países, luego de que Estados Unidos, Francia y Reino Unido atacaran el sábado tres objetivos del gobierno sirio por el supuesto uso de armas químicas contra la población civil de la localidad de Douma.
Aunque tras los bombardeos Moscú los criticó y aseguró que tendrían consecuencias, es la primera vez que Putin advierte sobre secuelas si Washington insiste en tomar nuevas acciones contra Siria.
“Vladimir Putin, en particular, hizo hincapié en que si continúan tales acciones cometidas en violación de la Carta de Naciones Unidas, conducirán inevitablemente a un caos en las relaciones internacionales”, aseveró un comunicado del Kremlin.
Según el texto, durante una conversación telefónica con su homólogo iraní, Hassan Rouhani, ambos mandatarios coincidieron en que los bombardeos del pasado sábado contra Siria dañaron la posibilidad de una resolución política del conflicto sirio.
Tras las operaciones en Damasco y Homs, la Casa Blanca se prepara para aumentar la presión contra Bashar al Asad con nuevas sanciones económicas a compañías rusas que tienen supuestos vínculos con el gobierno sirio, según confirmó este domingo la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley.
La disputa por las sanciones
En una entrevista con la cadena de televisión estadounidense CBS, Haley anunció que su país impondría el lunes nuevas sanciones económicas contra compañías rusas “que estaban tratando con equipos” relacionados con el supuesto uso de armas químicas por parte del presidente sirio.
En respuesta al anuncio de la embajadora, el subdirector del comité de Defensa de la cámara alta del parlamento ruso, Evgeny Serebrennikov, aseveró que Moscú estaba “lista” para las sanciones.
“Son difíciles para nosotros, pero causarán más daños a Estados Unidos y Europa”, dijo el funcionario, citado por la agencia estatal RIA.
El sábado, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña lanzaron 105 misiles contra lo que el Pentágono consideró como instalaciones de armas químicas del gobierno de Siria, en represalia por el supuesto ataque del 7 de abril en Douma.
Las tres potencias culpan a Al Asad por el ataque que, según algunos testigos y organizaciones humanitarias, dejó decenas de muertos.
Las amenazas
Previamente al bombardeo, Rusia había amenazado con la posibilidad de una conflagración bélica si Estados Unidos agredía Siria.
El embajador ruso ante Naciones Unidas, Vasili Nebenzia, advirtió la semana pasada que no se podía descartar la posibilidad de una “guerra” entre su país y Estados Unidos, si Washington se decidía a lanzar un ataque contra Siria.
Finalmente, Trump ordenó las acciones militares, aunque hasta el domingo la respuesta de Rusia no había pasado de la crítica y de la búsqueda de una condena ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
No obstante, el Pentágono aclaró que las operaciones en Siria fueron diseñadas de forma tal que no afectaran a las tropas que Moscú o Teherán tiene desplegadas allí.
¿Una nueva Guerra Fría?
Varios analistas han alertado que, tras los bombardeos, el nuevo escenario de confrontación entre Rusia y Estados Unidos por la situación en Siria será a nivel de las relaciones internacionales.
De hecho, desde la pasada semana, el Consejo de Seguridad de la ONU ha sido el escenario de enconadas protestas entre los que apoyan a Damasco y quienes le critican.
Durante la sesión del viernes, el secretario general de organización, Antonio Guterres, consideró que la disputa entre los países involucrados en el conflicto es el mayor peligro actual para la seguridad y paz internacionales y lo calificó como una “nueva Guerra Fría”.