Donald Trump, volvió autorizar la entrada de
refugiados de 11 naciones al país, después de 94 días de paralización, y aumentó las medidas de seguridad del Programa de Admisión de Refugiados.
La admisión de solicitudes de entrada de los nacionales de esos países fue interrumpida en octubre, cuando Trump emitió una orden ejecutiva que autorizó al Gobierno a reanudar el procesamiento de peticiones de solicitantes de los demás países.
La lista de los 11 países, que comenzó a elaborarse tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 y se actualizó por última vez en 2015, contiene naciones que presentan “potencialmente un mayor riesgo” para EEUU, según apuntaron altos funcionarios en una conferencia telefónica, sin dar el nombre de esas naciones.
Durante los más de 90 días que duró la revisión “en profundidad” de “cada uno” de esos once países, se ralentizó la gestión de las solicitudes de refugio de sus nacionales, porque el Gobierno dio prioridad a las peticiones de ciudadanos de otros lugares.
A pesar de que no hay una lista oficial de estos países divulgada públicamente, los medios locales aseguraron que incluyen diez naciones de mayoría musulmana más Corea del Norte.
Según grupos de defensa de derechos de los refugiados, la lista la completan Egipto, Irán, Irak, Libia, Mali, Somalia, Sudán del Sur, Sudán, Siria y Yemen.
“La lista no tiene nada que ver con la religión mayoritaria de esos países, sino con el riesgo que suponen para nuestra nación”, aseguraron las mismas fuentes desde la Administración.
A partir de ahora, los nacionales de estos países enfrentarán evaluaciones más estrictas “basadas en el riesgo” para que sus solicitudes de refugio sean aceptadas.
“Es sumamente importante que sepamos quién ingresa a Estados Unidos”, apuntó en un comunicado la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen.
Nielsen explicó que estas medidas de seguridad adicionales “dificultarán que los malos actores exploten nuestro programa de refugiados, y se asegurarán de que adoptemos un enfoque más basado en el riesgo para proteger la nación”.
El departamento liderado por Nielsen elaboró una serie de recomendaciones y medidas para “fortalecer la integridad” del Programa de Admisión de Refugiados.
Además de las ya estrictas comprobaciones de identidad, los originarios de estos 11 países deberán pasar una evaluación adicional, de la que no se ofrecieron más detalles.
Nielsen también consideró que se debe hacer una revisión y actualización cada seis meses de la lista de países “de alto riesgo” y de los criterios de selección.
Durante el año fiscal 2018, EEUU pretende admitir un máximo de 45.000 refugiados, una reducción del 60 % respecto a los 110.000 de 2017 y la cifra más baja desde 1980.
EEUU decidió retirarse en diciembre del Pacto Mundial de la ONU sobre protección de migrantes y refugiados por considerar que la política migratoria del país debe estar en manos “sólo” de los estadounidenses.