QUITO, Ecuador.-Las autoridades de Ecuador aumentaron a 41 la estimación de fallecidos y pidieron ayuda internacional tras un poderoso terremoto de magnitud 7,8 que sacudió el sábado la costa central de Ecuador. El gobierno declaró el estado de excepción en seis provincias.
"Lamentablemente tenemos 41 ciudadanos que han perdido la vida en esta emergencia", dijo en rueda de prensa el vicepresidente, Jorge Glas. "Debemos prever que esta cifra de fallecidos va a aumentar en las próximas horas, hay una nivel de afectación importante".
El vicepresidente señaló que se habían registrado 55 réplicas del temblor y lo describió como "el sismo más fuerte desde el año 1979".
"Hemos procedido activar a organismos internacionales que prestarán asistencia de emergencia a las zonas afectadas", añadió. "Vamos a requerir asistencia, sobre todo de rescatistas para enfrentar este momento difícil que estamos viviendo los ecuatorianos".
Las autoridades decretaron el estado de excepción en seis provincias, así como una alerta preventiva de evacuación en algunos puntos de la posta ante la posible subida de marea. El Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico dio por terminada su advertencia sobre posibles olas peligrosas tras el sismo.
El presidente, Rafael Correa, que se encuentra en visita en el Vaticano, indicó en su cuenta de Twitter que se disponía a regresar al país y describió una "Situación muy grave en pedernales y Portoviejo".
La zona del epicentro estaba inaccesible, según dijo a Associated Press la viceprefecta (gobernadora) de Manabí, Clara Zambrano.
"A medida que va pasando el tiempo va aumentando las cifras (de fallecidos) ... está todo colapsado, todo dañado, seguimos sin luz", indicó Zambrano por teléfono. "En Portoviejo hay muchos edificios que se han caído, en Manta hay muchos edificios dañados y colapsados también".
José Villacís, residente en Portoviejo, dijo a The Associated Press que "hay mucha destrucción en el centro de la ciudad. Se han caído puentes, paredes y cerramientos. Conozco gente que ha muerto. Todos estamos muy nerviosos, se están sintiendo réplicas que nos dan más miedo".
"He visto el edificio del seguro social del centro que está destruido y muchas casas dañadas", añadió por teléfono.
En Santo Domingo de los Tsáchilas, el vecino Julio López describió la situación como "terrible".
"Creí que nos íbamos a morir, se movía todo y no paraba, fue un terremoto muy largo y lo único que pensaba es en mis hijos y mi familia", indicó López a Associated Press en una conversación telefónica.
El Servicio Geológico de Estados Unidos situó el epicentro del sismo a una profundidad de 19 km (11,8 millas), 27 kilómetros (16 millas) al sur-sureste de Muisne, Ecuador, en un área poco poblada de puertos pesqueros populares entre turistas.
El cuerpo de bomberos de Guayaquil reportó que una persona murió y otra resultó herida cuando un puente cayó sobre un vehículo.
Las autoridades paralizaron algunas centrales termoeléctricas, según indicó Glas en una entrevista con el canal público EcuadorTv. También se detuvo de forma temporal el transporte de petróleo a través de oleoductos.
El aeropuerto de Guayaquil suspendió sus operaciones. Varias réplicas, algunas de magnitud 5,6, seguían produciéndose una hora después del primer terremoto, registrado al anochecer.
Además de Portoviejo o Guayaquil, se informó de fuertes daños en estructuras de Quevedo o Durán. En redes sociales se publicaron fotografías de centros comerciales en Quito cuyos techos habían colapsado.
En la capital, el movimiento telúrico fue sentido durante aproximadamente 40 segundos y la gente huyó temerosa de los edificios hacia las calles. Quito se encuentra a unos 170 km (105 millas) del epicentro del sismo. El suministro eléctrico se iba restableciendo poco a poco en varios barrios de la capital que quedaron sin servicio tras el temblor, según indicó Empresa Eléctrica Quito.
NOTA DEL EDITOR: Se ha corregido una errata en el nombre del vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, antes Glass.
© 2016, La Prensa Asociada.